Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 145

Sebastián lo interrumpió con impaciencia. —Sí, sigamos buscando capital y financiamiento.

Joaquín quedó desconcertado. —En realidad, esos diez millones de dólares...

—Sé que esos diez millones son importantes, pero el dinero todavía no es suficiente. —Lo cortó Sebastián con frialdad—. Sofía nos echó una mano enorme, ella no quiere que le pague, pero yo le quiero pagar.

El millón y medio dólares sí le dolían en el bolsillo, podría darle un poco menos, pero no iba a dejarla sin nada.

Sebastián ya se había dado cuenta: Sofía estaba más pálida que hace unos días y tenía los ojos rojos, seguro por haberse desvelado ayudándolo.

Ella había puesto todo su esfuerzo, y ese valioso esfuerzo Sebastián lo podía ver con claridad.

A Joaquín se le atoraron las palabras en la garganta.

Sebastián quería conseguir dinero para pagarle a Sofía. Si se enteraba de que Sofía había metido diez millones de dólares en la empresa, Sebastián se iba a encontrar en un dilema terrible, porque no sabría si devolverle ese dinero o quedárselo.

Mejor se lo diría después de haberle pagado a Sofía.

***

Durante toda esa semana, Sofía se desveló noche tras noche hasta que al final terminó el sistema de seguridad.

Le había agregado un análisis sintáctico que podía detectar códigos maliciosos muy bien escondidos, creando un sistema de defensa dinámico e inteligente.

Mientras más alto el nivel de protección, mayor la complejidad.

Con razón a Sofía le había tomado un día arreglar el modelo y casi una semana completa crear el firewall.

Pero todo había salido del trabajo de una sola persona, y encima había resultado un modelo de defensa tan impecable que los colegas del departamento tecnológico quedaron impresionados otra vez.

Ese sistema por sí solo podría venderse y generar una fortuna.

Era cierto: en todos los sectores la competencia era cruel, pero cuando se llega a la cima, el dinero llega solo.

Sebastián sabía muy bien que Sofía iba a atacar a Mateo, así que organizó una junta con el departamento tecnológico para pedirles absoluta discreción.

Todo el departamento se había vuelto fanático de Sofía, así que la colaboración era total.

Además, alguien tan talentosa como Sofía, que no era conocida en la industria, de seguro era porque prefería mantenerse en las sombras. Si se mantenía discreta y nadie la molestaba, tendría más tiempo libre, lo que significaría más oportunidades de intercambiar ideas con ella, y eso los motivaba aún más a tratar de colaborarle.

***

Esa semana Sofía, en realidad, había quedado agotada. El sábado durmió toda la mañana de corrido, y cuando al final despertó, por fin se sintió un poco recuperada.

A las tres de la tarde, el avión de Eduardo iba a aterrizar en el Aeropuerto Internacional Puerto Azul.

Sofía no podía sacárselo de la cabeza. Porque tenía planeado ir a quejarse con él.

Salió de la piscina, chorreando agua, y caminó hacia la mansión. Tenía una cita de golf con Gabriel y los demás por la tarde, pero de inmediato la canceló.

Había pasado una semana completa y Sofía no había cedido ni un solo milímetro.

Era muy probable que fuera a quejarse con el abuelo.

Cada vez que Diego pensaba en Sofía, de manera inevitable, recordaba sus dedos entrelazados con los de Alejandro.

En ese preciso momento, había estado tan sorprendido que se había quedado paralizado.

Durante los últimos días, cada vez que revivía esa escena, la expresión de Diego se ensombrecía.

Sofía en realidad le había dado una sorpresa monumental.

¿Cómo había llegado a convertirse en eso? Era como una persona completamente diferente, no quedaba ni un solo rastro de quien había sido.

Diego no lograba entenderlo, así que decidió no darle más vueltas a ese asunto.

Mientras Sofía se comportará como era debido, él podía tolerarlo.

Diego se cambió de ropa y partió con rapidez hacia el aeropuerto. Después se comunicó con el asistente personal de su abuelo para pedirle que cuando bajaran del avión, usaran una salida diferente.