Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 16

Esta era la diferencia entre valorar a alguien y no hacerlo.

Si hubiera sido antes, Sofía definitivamente se habría sentido mal por mucho tiempo, pero ahora que se había divorciado, había renunciado a Diego, y ya no tenía ninguna expectativa sobre él.

Al no importarle, no recibiría tanto daño, pero sentirse incómoda era inevitable, por suerte Sofía ya podía procesar estas emociones negativas en el menor tiempo posible.

Mateo por fin había conocido a Diego, quien era una figura de primer nivel en los círculos aristocráticos de Puerto Azul, y no desperdiciaría ninguna oportunidad de acercarse a él.

—Mi hermana está a punto de competir, Diego, quédate aquí conmigo a ver, escogí esta habitación porque tiene la mejor vista.

En años pasados, Diego no había mostrado interés en las carreras de autos, Sofía originalmente se preguntaba por qué estaría aquí.

Ahora todo tenía una explicación lógica. No había imaginado que Valentina participara en competencias automovilísticas.

Diego respondió: —Bien, primero voy a hacer una llamada.

La habitación que Carmen había reservado estaba más adelante, Sofía planeaba esperar a que cerraran la puerta de su habitación antes de pasar.

Así no la descubrirían.

Por los sonidos, Diego iba a salir a hacer una llamada... Solo había un pasillo, Sofía tuvo que retroceder rápidamente.

Se escondió en una esquina, esperó unos minutos, calculando que Diego ya habría terminado su llamada, se dio la vuelta para regresar, pero sin esperarlo, se topó directamente con él.

Ella se quedó inmóvil en el lugar.

Solo había un metro de distancia entre ellos, esta era la primera vez que Sofía estaba tan cerca de él después del divorcio.

Podía oler su familiar y agradable fragancia masculina.

Los olores pueden despertar recuerdos del pasado, el corazón de Sofía se apretó involuntariamente.

Diego vestía ropa casual, sin la sensación opresiva del traje formal, pero aun así no podía ocultar su presencia imponente, distinguida y elegante, pero la mirada con que la veía solo contenía frialdad.

Sofía quiso explicarse, abrió la boca y luego sintió que no era necesario.

Aunque explicara, Diego no le creería, más bien pensaría que estaba tratando de encubrir algo.

No valía la pena desperdiciar palabras.

—Mañana a las seis, regresa a la mansión familiar —Diego después de decir esto, miró su mano izquierda, no llevaba anillo de bodas.

En tres años de matrimonio, Sofía nunca se lo había quitado.

Ahora estaba actuando hasta frente a él.

¿Sofía aún no había terminado esta farsa unilateral?

Diego perdió la paciencia, con cara seria se dio la vuelta y se fue.