Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 18

Isabella puso cara como si Sofía hubiera hecho la pregunta más tonta del mundo. —¿Si no me gusta ella, acaso me vas a gustar tú?

Sofía quedó sin palabras.

—Sofía, ¿puedes decirme qué tienes que me pueda gustar? Si logras mencionar, aunque sea una cosa, inmediatamente cambio de opinión y hablo bien de ti.

Sus palabras eran muy hirientes, pero siempre las decía con un tono casual.

Aunque Isabella no tenía la frialdad de Diego, cada una de sus frases era una trampa, era otro tipo de crueldad. Dignos hermanos.

Sofía no podía comunicarse con Isabella, se quedó en silencio.

La reacción de Sofía no fue lo que Isabella esperaba, no podía divertirse, no era entretenido, así que continuó: —Seguro tienes curiosidad de por qué Valentina compite en carreras ¿verdad?

Sofía estaba a punto de decir que no tenía curiosidad.

Sin embargo, Isabella ya se estaba respondiendo sola. —Valentina vio las carreras de Sun, por eso se enamoró de las carreras, ahora ya se puede considerar una piloto profesional, aunque por supuesto le falta mucho para llegar al nivel de Sun, nadie en este mundo puede compararse con mi Sun.

Sofía se quedó sorprendida, una expresión extraña pasó por sus ojos.

—¿Por Sun?

Isabella no notó la expresión de Sofía, más bien se sumergió en recuerdos, con fanatismo y nostalgia en los ojos.

—Hace mucho que no veo a Sun, soy su fan más fiel, casi pude conocerla en persona y conseguir su autógrafo... bueno, ¡de todas formas, aunque te lo cuente no entenderías!

Pensando en eso, Isabella miró a Sofía con desdén. —Sofía, esta es la razón por la que no me gustas, hablar contigo de mis aficiones es como tocar la flauta a los sordos, no entiendes nada.

Sofía se sintió frustrada. Ni siquiera había dicho nada...

—Pero Valentina es diferente a ti, ella se siente atraída por la brillante Sun, tenemos temas en común, podemos llevarnos bien. Ella es la persona más decidida que he conocido, siempre me han gustado las carreras, pero yo me conformo con ser una espectadora, pero Valentina puede entrenar día tras día por amor al deporte, convertirse en una piloto profesional, ¿cuántas personas crees que pueden lograr algo así?

Isabella había crecido en el lujo, había visto mucho mundo, tenía estándares muy altos.

Carmen le dijo: —Señorita Mendoza, déjame preguntarte, ¿cómo te aguantaste las ganas de darle unas cachetadas?

Sofía pensó que, si le hubiera dado una cachetada a Isabella, ya no tendría lugar en Puerto Azul.

No solo ella, Sebastián también se vería afectado.

Sofía respondió con una sonrisa a su broma.

—Porque no me atrevo.

—Cobarde —Carmen chasqueó la lengua, luego cambió de tema—. Hablando en serio, te entiendo, en tu lugar yo tampoco me atrevería a ofender a los Villarreal.

Los Villarreal eran una de las familias de primer nivel de Puerto Azul, si querías seguir viviendo en este círculo, no podías enemistarte con la gente equivocada, pero eso no impedía que Carmen tuviera pensamientos maliciosos.

—Para lidiar con Isabella, una cachetada no sería suficiente, ¡si supiera que tú eres Sun, eso sí sería satisfactorio!