Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 204

La empleada hace un momento había pensado que no tenían ningún sentimiento el uno por el otro, pero en unos segundos se habían puesto a pelear ferozmente. Su presencia también era bastante intimidante, la gente haciendo fila detrás instintivamente se alejó.

Se apresuró a terminar de hacer los certificados, tenía miedo de que, si se tardaba un segundo más, esta pareja se fuera a los golpes. Pero en el momento que entregó los certificados de divorcio, ya no eran esposos, legalmente ya no tenían ninguna relación. La empleada solo quería deshacerse de esta pareja resentida inmediatamente, así que gritó:

—¡Siguiente!

Pero ninguno de los dos se quitó del lugar obedientemente. El corazón de la empleada se puso en vilo, ¿no se iban a pelear otra vez, o hasta golpearse?

Pensando en esto, se puso toda tensa. Había visto muchísimas parejas divorciándose, incluso casos extremos de bestias que de repente apuñalaban a sus esposas durante el trámite. Pero por el porte de estos dos, no eran personas comunes, seguramente tenían posiciones sociales importantes, perder la cara les costaría demasiado, definitivamente no llegarían a ese extremo.

Aunque los ricos eran más propensos a ser psicópatas. Por si acaso, la empleada se puso alerta, si estos dos hacían algún movimiento, tenía que reaccionar inmediatamente. Resultó que se estaba preocupando de más, no se pelearon, mucho menos se gritaron.

El hombre tomó un certificado de divorcio, la ferocidad en sus ojos desapareció, se calmó, y se volvió indiferente. Después volteó a ver a la mujer, y hasta la frialdad de su cara se suavizó un poco.

Sofía tomó su certificado de divorcio, sintió la mirada de Diego y volteó. Esa cara era muy guapa, aunque tuviera "patán" escrito encima, habría muchas personas que se sacrificarían por él, pero ella ya no se conmovía para nada.

El certificado de divorcio que había esperado por tanto tiempo por fin estaba listo. Sofía sintió que debería decir algo, pero se dio cuenta de que ya no tenía palabras, especialmente después de pelear recién, no tenía ganas de decirle nada más a Diego.

Ni siquiera se despidió cuando se preparó para irse. Sofía se levantó, cediendo su lugar a la gente de atrás. Apenas se dio vuelta, Diego la siguió. Después de unos pasos, le bloqueó el camino. Sofía arrugó la frente. Diego se veía normal, así que no se molestó. Miró a esos ojos alargados y profundos, y preguntó calmadamente:

—¿Todavía quieres pelear conmigo?

Diego sostenía el certificado de divorcio, sintiendo su textura con las yemas de los dedos, pero solo tenía ojos para Sofía. Sonrió un poco y por primera vez en la vida la llamó:

—Esposa.

Sofía se erizó, y lo miró en shock. Diego se divirtió con la sorpresa en sus ojos, sonrió un poco más, pero su voz estaba llena de sarcasmo extremo.

Diego se quedó callado por dos segundos, con la cara normal, y dijo:

—¿En serio?

—¡Sí! —contestó Sofía con voz grave.

Diego siguió sin reaccionar mucho. Asintió como si fuera en serio, se dio vuelta y caminó hacia la salida. Sofía cerró los puños. Diego la había provocado y así como si nada se fue, dejándole una espalda fría, decidida y cruel.

Ya estaban divorciados, no debería tener emociones, pero esta escena la había visto demasiadas veces en tres años de matrimonio, cada vez la había lastimado profundamente. Por eso Sofía odiaba muchísimo verlo alejarse de ella.

Hace un momento había querido caminar más rápido, dejar a Diego muy atrás, y resulta que él se le había adelantado. Sofía apretó los dientes de rabia, pero ahora era diferente. Antes se quedaba ahí, esperando que volteara, pero ahora ya no iban por el mismo camino, si Diego volteaba o no, ya no importaba.

Sofía no perdió más tiempo y se fue al estacionamiento a buscar su auto. Jamás se imaginó que Diego, que nunca había volteado atrás, regresaría. Comparado con la cara tranquila de cuando se fue, ahora tenía pura furia, se podría decir que se veía feroz.