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Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 351

Sofía estaba tratando de mediar entre Camilo, que estaba celoso, y Carmen, cuando de la nada vio el plato con pescado y se sorprendió al ver que Alejandro le había quitado las espinas.

¿Desde cuándo había empezado a hacer eso?

¿Con esas manos tan perfectas era capaz de hacer algo tan delicado?

Camilo también estaba sorprendido, como si estuviera presenciando un acto insólito.

—… Wow, qué hábil eres.

Camilo respondió:

—Yo también quiero, yo también quiero, yo también…

Alejandro le lanzó una mirada de advertencia.

—Cállate.

Después, siguió quitándole las espinas a otro pedazo de pescado con mucho cuidado y, delante de todos, lo puso en el plato de Sofía.

Antes de que ella pudiera probar el pescado que le había servido, Alejandro le dijo:

—Cómetelo todo de una vez.

Sofía, como si estuviera hipnotizada, se comió todo de un solo bocado y además tomó un poco de la sopa de pescado.

Al terminar, se dio cuenta del hambre que en serio tenía.

Y, además, la comida de Wyatt estaba deliciosa.

Sofía, sorprendida por la atención de Alejandro, ni siquiera se había imaginado algo así y, un poco lenta para reaccionar, dijo:

—... ¡Gracias!

Camilo no pudo evitar comentar, molesto:

—No es por nada, Alejandro, ¿pero viste cómo Sofía y Carmen se la pasan abrazándose y dándose besos? ¡Yo solo te pido que me sirvas un pedazo de pescado y ni eso me das! ¿Todavía me consideras tu amigo?

Alejandro lo miró sin decir nada y le sirvió a Camilo un trozo de pata de cangrejo que había hecho Wyatt.

Antes pensaba que Alejandro era serio y distante, pero ahora, cuando lo vio cuidar de Sofía, todo lo que pensaba de él cambió.

A Carmen le dieron ganas de empujar a Sofía a los brazos de Alejandro, como diciéndole: Amiga, ¿puedes dejar de hacerlo esperar tanto y estar con él de una vez?

Ella observó a Alejandro, ahora sin ningún filtro, y al hacerlo, su mirada ya no era educada, sino la de alguien decidida a encontrarle pareja a su amiga. Alejandro, al darse cuenta de la mirada de Carmen, levantó los ojos y la miró fijamente.

Ella, sorprendida, miró rápido a otro lado y siguió comiendo como si nada.

Alejando era increíblemente perceptivo…

Como Sofía había dicho, Camilo era como un sol; la gente era su fuente de energía. Tenía una energía inmensa, sobre todo cuando pasaba tiempo con sus amigos. Y muchas de sus bromas daban justo en el clavo para hacer reír a Sofía. Mientras él seguía haciendo chistes, Sofía no paraba de reírse, y Camilo también estaba de buen humor, olvidándose de sus molestias con Carmen, que también se unía a las risas.

Alejandro, por su parte, casi no intervenía, solo respondía a algunas de las bromas.

Sin embargo, él no comió mucho esa noche. Se la pasó todo el tiempo sirviéndole comida a Sofía.

Cuando la cena terminó, todos se pasaron a la sala para relajarse.

La mesa quedaba a cargo del personal de servicio, que la limpiaría al día siguiente, así que no tuvieron que preocuparse por eso.

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