Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 359

En un principio, Diego pensó en encargarle este asunto a Gabriel, pero él no había estado bien últimamente.

Y no quería molestarlo sin pensarlo bien.

—¿Por qué? —Isabella no tenía ganas de hacerlo.

Cuando Sofía era la esposa de Diego, ni siquiera le prestaba atención. Ahora que se divorciaron, era una extraña para él.

No, todavía no entendía bien la relación entre Sofía y Sun.

—Hazlo. Tengo que irme de viaje un tiempo.

El abuelo dio la orden, y él tenía que resolver todo antes de regresar para poder enfrentarse a Alejandro.

Pero ahora, Diego no quiere irse.

Necesita encontrar pruebas de que fue Alejandro el que lo hizo y luego contárselo al abuelo.

Al menos, regresaría antes del cumpleaños del abuelo. Podría tardar un mes, pero en ese tiempo, Sofía no debería tener ningún problema importante.

Además, él la vigilaría.

—¿No puedes buscar a otra persona? —Isabella seguía sin ganas de moverse.

Diego se veía muy molesto.

Chiara se detuvo al escuchar la conversación. Chiara le hizo una seña.

Significaba que ella podía hacerse cargo de la vigilancia.

—¡Es inútil! —Diego ya no esperaba nada de Isabella y colgó la llamada de inmediato.

Por fin, Chiara habló:

—Diego, yo puedo ir…

—No hace falta —respondió Diego—. Ven conmigo al viaje.

Diego siempre solía llevar a Nicolás cuando viajaba, pero esta vez decidió llevarse a Chiara.

Ella se sintió emocionada, pero no lo demostró. Estaba sorprendida y preguntó:

—¿Ese no es trabajo de Nicolás?

—Haz lo que te digo.

—¡Sí! —continuó Chiara—. Ayer mandé gente a investigar lo de Sofía y Carmen. Los hombres que tengo todavía sirven, puedo hacer que sigan vigilando.

Diego pensó por un momento y asintió.

—Si tienes noticias, repórtame de inmediato.

—¡Sí!

***

Nicolás se enteró rápido de que Chiara viajaría con Diego.

En el descanso, se acercó a ella:

La competencia en el trabajo era cruel, y no hay favoritismos solo porque sea mujer. Chiara lo sabía perfectamente. Ahora, si tenía que pelear, pelearía con todo, sin guardarse nada.

“Así que, Nicolás, no dejes que te encuentre un punto débil… Porque cuando lo haga, no dudaré ni un segundo en atacarte”, pensó.

***

La semana pasó rápido.

El sábado, Sofía se preparó para visitar a su abuela en el hogar de ancianos y llamó a Sebastián.

Su relación había sido mala en el pasado, y él nunca le había prestado atención. Durante los últimos años, nunca fueron juntos a visitar a su abuela.

Ahora, podían ir juntos.

Sofía llegó temprano y esperaba en el jardín a que llegara Sebastián, al que todavía le faltaban unos minutos.

—Sofía…

Ella escuchó la voz y miró hacia dónde provenía.

Reconoció a Cristina, la amiga de Isabella.

No era alguien con quien tuviera mucha relación y no veía por qué empezar a tenerla. Sofía no dijo nada; su expresión se mantuvo neutral.

Cristina se sintió intimidada por la presencia de Sofía, pero las veces anteriores que se encontraron, le había dejado una impresión muy fuerte. Además, cuando la vio en persona, Sofía parecía ser completamente distinta a como Isabella la había descrito, lo que le despertó la curiosidad.

—Sofía, ¿qué haces aquí? ¿Vienes a ver a tu familia?

Cristina fue bastante cordial.