Alejandro, de repente, sintió ganas de reírse. Con Diego ya tenía suficiente, ¿y ahora aparecía otro hombre obsesionado con Sofía?
¿Será que, como decía Sebastián, a ella de verdad le gustaban los jóvenes?
Si no, ¿por qué estaba dispuesta a ir hasta allí solo por un mensaje incierto, incluso queriendo que él regresara solo para ir ella por su cuenta?
Aunque pensó en todo eso, no mostró emoción alguna.
Recordaba haberlo visto una vez en el bar, aunque ni siquiera sabía su nombre.
Y ahora que Sofía había ido hasta allí por él, Alejandro no pudo evitar tomarlo en serio.
Su mirada penetrante lo revisó de arriba a abajo, y preguntó con voz seria:
—¿Cómo te llamas?
Carter se puso tenso cuando sintió esa mirada intensa.
Cuando escuchó la voz de Sofía, su corazón empezó a latir tan rápido que estuvo a punto de llorar de emoción; sin embargo, ni siquiera se atrevió a sonreír.
La impresión que Alejandro le causaba era demasiado fuerte: tranquilo, sin mostrar enojo ni alegría, pero amenazante como ningún otro.
La última vez que se cruzaron, Carter había huido de inmediato; pero allí, en medio del campo, no tenía a dónde correr. Aun así, temía que ese hombre pudiera matarlo de un golpe.
Aterrorizado, decidió romper el silencio. Miró a Sofía, luego a Alejandro, y forzando una sonrisa nerviosa, dijo:
—Señor Montoya, hola. Ya nos hemos visto antes.
Tenía buena memoria y recordaba su apellido. Pero quizá habría sido mejor fingir no conocerlo.
Sofía, cuando confirmó que era él, salió de detrás de Alejandro. Él le echó una mirada discreta y luego bajó la mirada, ocultando lo que pensaba.
Carter notó en los ojos de Alejandro algo, que aunque era imposible de descifrar, lo hizo sentir miedo puro. Pálido, trató de justificarse.
—¡No soy una mala persona!
—Señor Montoya, no pasó nada, lo juro. Sofía es muy amable. Ella me eligió y yo solo le serví de tomar, eso es todo...
Alejandro lo fulminó con la mirada antes de que pudiera terminar. El poder de esos ojos era devastador.
Sofía lo entendió de inmediato. Alejandro no soportaba que hubiera pagado por ese servicio.
Pero como entre ellos no existía ningún acuerdo de pareja, Sofía tenía claro que no debía explicarle sus acciones; podía hacer lo que quisiera.
De momento, no le prestó más atención y volteó hacia Carter.
Ese día en el bar, él había ido bien arreglado. Ahora, sin maquillaje, con la cara pálida y una expresión de desamparo, tenía la inocencia propia de un estudiante.
Esa imagen le recordó a Sebastián cuando tenía trece o catorce años.
Aunque Sebastián había madurado mucho antes; desde pequeño ya parecía un adulto en miniatura.
Carter, en cambio, había usado maquillaje para disimular su aire juvenil. En ese entonces se había camuflado bastante bien. Quizá por su faceta de actor, había sabido meterse en el papel de modelo y adoptar otra actitud completamente distinta.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano
Por favor otros medios de pago para poder conseguir monedas😫...
Muy hermosa pero hay mucha dificultad para leerla porque hay que tener monedas y sin ellas no hay acceso a los capítulos hay que tener otros métodos de desbloqueo gracias...
Please can you publish more than 6 chaps/day.. And today no chaps ???...
🥲...
Pague la aplicación y aún me faltan párrafos deberían prestar más atención en la traducción xq falta contenido no vuelvo a comprar en su aplicación...
Xq no ponen toda la novela de una sola vez me encanta y siempre tengo que esperar al otro día...
Me encanta la pasión la frialdad lo intenso ay no tiene de todo...
Es interesante...