Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 644

Isabella estaba helada del miedo.

Gritaba sin parar, a todo pulmón, hasta que el auto derrapó con una facilidad impresionante y superó la curva sin problema. Entonces, la invadió una sensación de alivio total. "Dios mío, gracias por eso, aún no estoy lista para que me lleves al cielo", pensó, jadeando.

Entre el rugido del motor, alcanzó a escuchar una carcajada sutil. Volteó la cabeza y alcanzó a ver que Sofía sonreía, con la cara iluminada por el parpadeo de las farolas. Las venas de sus manos resaltaban en el volante, marcadas por la tensión, pero ella seguía manejando firme, ágil, segura. Su mirada, intensa, rebosaba poder y adrenalina.

—Hace mucho que no sentía algo así —dijo Sofía, mientras veía el mapa con una calma que asustaba—. Vienen varias curvas seguidas. Agárrate bien.

Isabella obedeció sin pensarlo. El auto no bajó la velocidad. Tomaron otra curva y ella sintió que el alma se le salía del cuerpo por unos segundos. ¿Curvas seguidas? ¡Era una locura! Quiso bajarse, huir, se arrepintió de haberse subido con Sun.

"Sun está loca", pensó. "¡Es una maniaca al volante!" Pero ya no podía hacer nada. El rugido del motor se lo tragaba todo. El mundo se volvió borroso y su mente quedó en blanco, metida en lo que estaba viviendo.

Miedo, vértigo, euforia. Todo mezclado. Y, de repente, las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas. Sí, eso era. Esa era la sensación que había estado buscando. Esa locura, esa velocidad tan peligrosa.

El corazón golpeando como un tambor. Lo sentía, por fin lo sentía.

—¡Aaaah! —gritó, extasiada.