Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 70

Carmen después de escuchar, se sintió sin palabras, pero no pudo evitar suspirar.

—Sofía, cuando amas a una persona, no puedes ver a otras personas o cosas. Que nuestra amistad no se haya roto hasta ahora, tal vez sea porque desde el principio me convertí en tu perra. Una con sentimientos profundos, sin deseos de abandonarte nunca.

La familia de Carmen era muy cerrada, lo que hizo que no tuviera ninguna fantasía sobre los sentimientos. Por eso nunca había podido comprender los sentimientos de Sofía hacia Diego. Pero tampoco se arrepentía, porque no necesitaba amor: solo amaba el dinero y a su amiga. En cuanto a ser la perra de ella, naturalmente era porque la atraía lo suficiente, de buena gana.

Sofía dijo:

—Esperaré unos días para ir a buscarlo.

Carmen contestó:

—Tienes que ir a buscarlo, ¡es mucho dinero!

Ella miró con seriedad a su amiga.

—Gracias por no abandonarme durante este tiempo; por tenerte a mi lado, pude salir adelante tan rápido.

Con esta lección, Sofía se había desilusionado del amor y el matrimonio; ya no tenía ninguna fantasía al respecto.

Carmen suspiró. Esta sinceridad repentina casi hizo que se le llenaran los ojos de lágrimas. Tenía el corazón duro y no quería ser tan sentimental.

—Sofía, en estos años he visto en ti muchas verdades que normalmente damos por sentadas: como que nadie es perfecto; como que cuando una persona quiere seguir un camino hasta el final, nadie puede detenerla. Así que, pudiste salir adelante, no fue por mí, sino porque tú misma lo entendiste.

Sofía escuchó en silencio a Carmen hablar.

Las personas que han bebido hablan más. Antes su amiga le había dicho que no se obsesionara con el matrimonio. La había regañado con frustración; también le había dicho que las mujeres deben tener una carrera y que no pueden solo dar sin recibir, pero en ese momento ella no la escuchaba.

Ahora Sofía podía entender todo. Y lo entendía muy bien.

***

En el salón privado de al lado, Diego se enteró por Daniel de que Valentina había hecho una gran contribución al equipo del proyecto. Con sus ojos llenos de admiración y su voz grave, dijo:

—Felicidades.

Miguel, aunque no había logrado su objetivo, admiraba mucho la capacidad de Valentina. Desde que se hizo cargo de la empresa tecnológica, sabía que la investigación y el desarrollo iban a ser muy difíciles. Cada día había incontables problemas esperando, tenía que soportar una presión enorme.

Mujeres tan jóvenes, con alta educación, experiencia rica y gran capacidad, como Valentina, eran realmente raras.

Sirvió una copa de vino para felicitarla.

—Acabas de salir de SCI Tec. No te veías muy bien, pensé que habías fracasado.

Diego no sabía de este asunto, arrugó la cara, sus ojos se oscurecieron un poco.

—¿No me veía bien?

Él asintió.