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El Poderoso Asura romance Capítulo 6

—Está bien, ¡es suficiente! —Al fin alguien perdió la paciencia al ver a Jonathan desarrollando una escena con un hombre mayor, yendo y viniendo de un lado a otro—. ¿En realidad piensas que tu botella de cerveza sin valor puede volverse un tesoro, al traer a dos actores para que montaran un acto contigo?

«¿Montar un acto?».

La multitud comenzó a comprender a lo que se refería.

«¡Cierto! ¿Cómo podría un inútil como Jonathan ser capaz de venir con algo que vale algunos cientos de millones?».

—Julieta, considerando su actitud, creo que debes divorciarte de él lo antes posible. Siempre está exagerando y mintiendo. ¡Él nunca dice la verdad! Él contrató a alguien para que montara un acto con él, ¡solo porque no es capaz de darte un regalo caro! ¿No es demasiado humillante?

Escuchando la incesante condena, Julieta se sonrojó mortificada.

—Jonathan, ¿es suficiente para ti? ¡Vete de aquí con tu piedra sin valor! —gritó ella mientras lo señalaba, la boca le temblaba.

—Bien, ya que no la quieres, solo…

¡Crac!

De pronto, el sonido de algo que se rompía fue escuchado. En un abrir y cerrar de ojos, el ágata jadeíta, que estaba en la mano de Jonathan, fue fracturada en varios pedazos cayeron al suelo. Un tesoro tan raro, y valuado en mil millones fue destrozado sin ninguna advertencia.

—En primer lugar, yo preparé este regalo para ti. Ya que no lo quieres, perdió su valor. —Jonathan tenía una expresión indiferente en el rostro.

—¿Perdiste la cabeza? —El hombre mayor al instante quedó conmocionado ante la escena que se desarrolló frente a sus ojos—. ¡Ese es el último pedazo de ágata jadeíta en todo el mundo!

Él estaba tan indignado que temblaba y se apresuró con desesperación a recoger los pedazos del ágata jadeíta que estaba rota.

—¿Por qué continúas actuando, si solo son algunos pedazos de piedras sin valor?

Al ver lo que hacía el hombre mayor, Abel movió su pie y pateó las piedras hacia adelante, estuvo muy cerca de darle un golpe al hombre mayor en el piso.

—¿Estás deseando morir, Abel Lara?

De pronto, el hombre de mediana edad, detrás del hombre mayor, caminó hacia adelante y le dio una patada a Abel tirándolo en el suelo.

—¿Sabes quién soy? —La furia cubría el rostro de Abel.

«¿Cómo se atreve a hacer algo contra mí, a pesar de saber quién soy? ¿Acaso quiere morir?».

El hombre de mediana edad solo le lanzó una mirada fría y se quedó callado. Entonces, sacando su teléfono, hizo una llamada. Después de que la llamada entró, él solo dijo algunas palabras.

—Sebastián, deberías enseñarle mejor a tu hijo. Si no quieres hacerlo, ¡lo haré yo!

Sus palabras hicieron que la multitud comenzara a reír a carcajadas.

«Quién es Sebastián Lara? ¡Él es el presidente del Grupo Lara en Ciudad Jade y tiene un patrimonio de más de mil millones! De verdad son muy audaces al usar su nombre para amenazar y engañar a otros, ¡cuando ellos son solo actores!».

De manera inesperada el teléfono de Abel sonó justo después de que el hombre de mediana edad dejara de hablar.

—¿Hola? ¿Papá?

Al momento, un presentimiento creció en él.

—¡Arrodíllate y discúlpate!

—¿Qué? —Tomado por sorpresa, Abel se preguntó si había malinterpretado a su padre.

—¡Dije que te arrodilles y pidas perdón!

—¿Por qué debería? —siseó Abel apretando los dientes.

—¿Por qué? ¡Porque él es Félix Quezada de Jazona! ¡Estoy muy por debajo de él en cuanto a posición y conexiones! Si no quieres morir, ¡haz lo que digo y arrodíllate! De otra manera, ¡ni yo podré salvarte!

Abel se quedó pasmado al escuchar el regaño de su padre. Incluso su mano, que sostenía el teléfono, tembló un poco, y un sudor frío goteó por su frente.

¡Paf!

Él cayó de rodillas y agachó la cabeza. Lucía tan humillado, que parecía haber sido reducido a polvo.

—¡Lo siento, Señor Quezada!

Lanzándole una mirada, Félix gruñó:

Capítulo 6 Arrodíllate y ofrece disculpas 1

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