-Mateo, ¿qué fue todo esto? -Santiago preguntó una vez que la celebración había concluido. Sasha y el resto de la familia miraron a Mateo con asombro. Aún no podían creer lo que había sucedido. Con una pequeña sonrisa, Mateo les reveló la verdad:
—No fue nada. Solo curé a la hija del señor Navarro.
-¿La hija de Navarro? -exclamó Elena sorprendida. -La señorita Navarro fue atropellada por un auto y quedó en estado vegetativo. Ha estado en coma por casi un año. ¿Estás diciendo que curaste a un paciente en estado vegetal?
En ese momento, Demetria recordó algo y preguntó ansiosa:
-Mamá, ¿recuerdas que la empresa de Sasha desarrolló en una ocasión una medicina que prometía curar a pacientes en estado vegetal? Mateo, ¿acaso usaste ese medicamento con la hija?
-¿Es eso cierto? -preguntó Elena.
-¿Qué más podría ser? -continuó Demetria. -Mateo solo se pudo graduar de la escuela técnica y apenas pudo trabajar como asistente de limpieza en el hospital. ¿De dónde sacó las habilidades médicas? ¡Estoy segura de que tomó el crédito por el medicamento fabricado por nuestra familia!
-¡Eso tiene sentido! -Los ojos de Elena se iluminaron de la emoción. Si ese fuera realmente el caso, todo el crédito de la recuperación de la hija de Guillermo Navarro sería para la familia Coronel. Al pensar en eso, Elena se llenó de resentimiento. Mateo tuvo un momento magnífico esta noche que debió a ver sido para su familia. En ese momento, Elena preguntó:
-Mateo, ¿cuánto dinero recibiste por curar a la hija?
-¡Absolutamente nada! -Mateo sacudió la cabeza, pero no se molestó en aclarar la acusación de Demetria. No sintió que fuera el momento adecuado para revelar el secreto del dije de jade de su familia para no ponerse en peligro.
—¿Cómo que no recibiste nada? ¿A quién quieres engañar? —Elena miró a Mateo y lo amenazó:
-Quieres quedarte con todo, ¿no es así? Mateo Lara, juro por Dios. ¡No pudiste haber curado a la hija de Guillermo Navarro sin el medicamento creado por nuestra empresa! Toda esta gloria debería ser para nuestra familia y te la has quedado toda.
Mateo se sintió acusado y respondió:
—Es verdad que no recibí nada, pero el señor Navarro insistió en hacerme un favor, por lo que le pedí que preparara la celebración de esta noche.
—¿Cómo? —Elena por poco pierde la cabeza al escucharlo. -¿Solo le pediste que preparara la celebración sin pedirle un solo centavo? Mateo, estás mal de la cabeza.
Santiago no pudo evitar unirse y preguntar desesperado:
-Mateo, ¿tienes alguna idea de quién es Guillermo Navarro? Él pudo recompensarte fácilmente con 200 o 300 millones. ¿En verdad solo pediste esta celebración?
—¿Qué se le va a hacer? Los pobres piensan como pobres. ¡No tienes nada de ambición! -comentó Demetria con desdén. -¡Ni siquiera sabes aprovechar una oportunidad cuando se te presenta en bandeja de plata!
Mateo miró a Sasha y le susurró en el oído:
-Yo creo que sí la aproveché bien.
Sasha se sonrojó al escuchar sus dulces palabras. A pesar de que habían perdido su oportunidad de tener un premio mayor, por lo menos ahora sabía que Mateo la amaba. A veces, lo que las mujeres deseaban era algo tan sencillo como esto.
—¡Eres un idiota! -maldijo Elena mientras le arrebataba la caja que tenía entre las manos. —Vamos a ver que te dio el señor Navarro de regalo. -Elena quedó paralizada al ver el contenido de la caja: eran las llaves de un BMW nuevo.
-¡El señor Navarro te ha obsequiado un BMW! -gritó de la emoción pues sabía que era un auto con un gran valor. La familia no tenía un auto propio y siempre que necesitaran uno, se lo tenían que pedir prestado a Liam, el esposo de
Demetria.
-¿Por qué tanta emoción? -No dejó de sentir enojo al ver el regalo. -Pudo haber tenido al menos cien millones, pero ahora todo lo que tiene es un auto. ¿En verdad es motivo de celebración?
La emoción en el rostro de Elena se desvaneció y criticó a Mateo:
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