El Regreso Del Yerno Misterioso romance Capítulo 23

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En el chalé en Jardín Lakeside, Mateo miraba a Natalia recostada en silencio con los ojos llenos de afecto. Natalia se había recuperado de sus heridas, pero para poder curar su enfermedad, debía conseguir la exótica flor de loto de nieve milenaria, una de las hierbas medicinales necesarias para la cura. No tenía otra opción. Por el momento, Mateo solo podía mantenerla inconsciente para no agravar su condición, pero la despertaría en cuanto consiguiera este ingrediente. Mientras tanto, Salvador Cárdenas se encontraba frente a Mateo; Guillermo Navarro lo había enviado para ayudar a Mateo.

—Señor Lara, he estado investigando —dijo con tono serio. —Los Coronel han invitado a varios directivos de diferentes empresas farmacéuticas para participar en una subasta que se llevará a cabo en le residencia Coronel para poner sus ofertas para pasar una noche con la señorita Coronel...

-¿Participarán muchos? -preguntó con los ojos helados.

-En total son 8 directivos de gran renombre en el área farmacéutica, pero le aseguro que, si usted lo ordena, no serán capaces de salir de sus casas.

-Eso no será necesario -dijo Mateo. -¿Cómo se atreve esta gente a tratar a mi esposa así? Nunca los perdonaré por eso.

—Señor Lara, ¿cómo le gustaría vengarse? No dude en darme instrucciones, ¿o prefiere que los lance al lago?

-Sería muy amable de mi parte castigarlos así. -Con una voz suave, continuó:

-Son las 11:30 de la mañana, para las 7:00 los quiero declarados en bancarrota. ¿Puedes hacer eso?

—Mmm. —Salvador dudó y pensó que esa tarea era todo un reto.

-La pastilla rejuvenecedla completa es 10 veces más efectiva que la pequeña -dijo Mateo con voz fría y continuó:

-Te daré la receta para hacerla.

La pastilla rejuvenecedora pequeña tenía un valor de casi 2 mil millones, Salvador estaba seguro de que una versión más grande podría llegar a valer hasta 10 mil millones, así que no lo pensó dos veces antes de responder:

—Señor Lara, no se preocupe. Recibirá noticias de que estoy muerto si no logro que estén en la bancarrota para las 5:00.

—No tiene por qué ser antes de las 5:00. —Mateo movió la mano y aclaró:

-Con que suceda para las 7:00 de esta noche como lo dije. Quiero que sepan que su bancarrota fue por asistir a esta subasta.

-Puede quedarse tranquilo, me encargaré de que así sea -dijo Salvador.

A las 6:30 de la tarde, Sasha y su familia llegaron a la residencia Coronel. Carlos los había visitado personalmente para darles el ultimátum aclarando que llamarían a la policía para enviarlos a prisión si no asistían a la residencia por la noche. Antes de que pudieran poner un pie en la mansión, Elena le recordó a Santiago: -Cuando veamos a tu padre recuerda dejarle en claro que el culpable de todo fue Mateo y que nosotros no tuvimos nada que ver con el robo y que él debe ser castigado.

Santiago asintió con la cabeza para hacerle saber que había entendido. Justo cuando Sasha estaba a punto de decir algo, Elena la interrumpió y le reclamó furiosa:

-Más te vale cerrar la boca a no ser que quieras ver a tu padre y a mí muertos frente a ti.

Sasha se resignó pues no tenía otra opción más que quedarse callada con los ojos llorosos. En cuanto entraron a la mansión, Erick y el resto de los Coronel los estaban esperando.

-Papá... -Santiago se acercó a su padre y dijo:

—Escúchame por favor, todo esto es...

-¡Silencio! —Erick sacudió su mano frente a él para que dejara de hablar. -Somos familia después de todo, no podría ser tan cruel con ustedes.

Santiago y Elena estaban extáticos. -¡Gracias, papá! ¡Muchas gracias!

—Ya que somos una sola familia, debemos apoyarnos para sacar el mejor provecho. -En ese momento, Erick miró a Sasha y dijo:

—Sasha, invitamos a algunas personas para que hablen de negocios. Trátalos bien por favor.

-¿Qué? -Santiago exclamó nervioso. -Papá, ¿a qué te refieres con eso?

-¿Qué más? -Erick lo miró a los ojos desafiante.

-Señor, pero ella es su nieta... -Elena interrumpió.

—Con mayor razón debería aportar a la familia. Después de disfrutar una vida tan cómoda con nuestra familia, debería ofrecer algo a cambio.