El Regreso Del Yerno Misterioso romance Capítulo 25

En un instante, todo sacaron sus teléfonos y comenzaron a preguntar. Tiempo después las noticias se confirmaron; el señor Hurtado realmente estaba en bancarrota.

Hurtado, quien en un principio estaba lleno de emoción, ahora se encontraba en el suelo por un ataque al corazón causado por el impacto y tuvo que ser sacado del edificio. Todos estaban paralizados mientras que Sasha se notaba aliviada, miró a Mateo y pensó que esto debió ser a lo que se refería.

Pálido de la vergüenza, Erick sacudió la mano. —Olvídenlo, Hurtado está fuera. ¿Quién fue el segundo más alto?

Jaciel respondió:

-El presidente Romero ofreció 130...

-Pero si él también está en bancarrota -interrumpió Mateo.

—¡Patrañas! —gritó Romero enfurecido, pero justo antes de que pudiera reclamar, recibió una llamada de su esposa. Al contestar el teléfono, éste pasó por la misma experiencia que Hurtado. Terminó desmayado en el suelo por lo que también lo tuvieron que sacar. Todos en la habitación comenzaron a entrar en pánico. ¿No es demasiada coincidencia que dos personas hayan caído en bancarrota al mismo tiempo?

Erick comenzó a preocuparse. -¿Quién estuvo en tercer lugar?

Jaciel respondió:

-El presidente Zúñiga ofreció...

-¡Estoy fuera, olvídenlo! -se levantó de un salto. -¡Retiro mi oferta!

-Presidente Zúñiga, me temo que no podría ofrecer nada aunque lo quisiera -dijo Mateo. —Verá... Usted también está en la bancarrota.

-¿Qué? -Lleno de pánico, Zúñiga tomó su teléfono para hacer una llamada. Al colgar, se desplomó contra el suelo. Los 5 que quedaron casi se orinaban del miedo y muchos de ellos también cayeron en banca rota poco tiempo después. Todo parecía una increíble coincidencia o como si alguien estuviera detrás de todo esto, pero ¿quién tendría el poder para hacer que todos perdieran su patrimonio sin saberlo?

En ese momento, Erick continuó:

—El cuarto...

-Don Coronel, disculpe pero me voy a retirar -gritó uno de los 5.

-Yo también me voy.

Todos comenzaron a levantarse para irse pues temían quedarse más tiempo.

-Tranquilos, no hay necesidad de tanto pánico. El final será el mismo aunque se vayan. Todos ustedes también están en la bancarrota.

-¿Qué? -exclamaron todos y quedaron paralizados.

Ahora nadie se atrevió a dudar de las palabras de Mateo.

No pasó mucho tiempo antes de que los teléfonos comenzaran a sonar para anunciar la bancarrota de estas 5 personas.

-Esto... -Elena estaba maravillada. -Es el karma.

—¿Cuál karma? —Santiago apretó la quijada. —No cabe duda de que alguien está moviendo hilos detrás de todo esto. Dios Santo. ¿Qué tan poderosa es esta persona para hacer que estas 8 personas terminaran en la bancarrota?

-No estarás hablando de... -Elena respiró profundo antes de continuar. —¿Navarro?

Santiago asintió la cabeza mientras miraba a Mateo. -Mateo, ese hijo de perra nos está ocultando algo. Nos mintió cuando dijo que ya no tenía contacto con el señor Navarro para que no le pidiéramos más cosas. Parece ser que quiere todo para él solo. ¡Qué odioso!

El rostro de Elena se encendió de la furia. -No puede ser. Eso nos pertenece, ¡no podemos dejarlo así!

-Señor Lara, ¿puedo retractarme? -suplicó uno de los directivos con voz temblorosa.

-¿Retractarte? -dijo Mateo lleno de ira. -Desde el segundo en el que planearon en contra de mi esposa ya eran carne muerta.

-¿Cómo te atreves? -Erick golpeó la mesa con su mano. -Mateo, ¡solo viniste a buscar problemas! ¿No me tienes respeto como tu abuelo político?

-¡Ja! -Mateo se burló. -Erick Coronel, ¿por qué no nos dices qué tanto te importa el bienestar de tu propia nieta? Estás dispuesto a venderla por tus propios intereses. Ni un animal sería capaz de un acto tan inhumano.

-¿Cómo te atreves a hablarme así? -Erick se levantó para golpear a Mateo solo para recibir una bofetada en la cara que lo mandó volando 6 metros hacia atrás.

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