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El Regreso Del Yerno Misterioso romance Capítulo 26

-¡Papá! -interrumpió Sasha. -Mateo nos ha ayudado bastante. ¿Cómo puedes hacerle algo así?

Elena respondió molesta:

-¿Ayudarnos? ¿Quién cree que es? ¿Cómo es capaz de ayudarnos?

-Él usó una medicina de nuestra empresa, así que todo eso nos pertenece. Es solo un payaso que se cree que tiene una autoridad injustificada basándose en cualquier pretexto. ¿Por qué deberíamos agradecerle cuando él se queda con todo lo bueno?

Demetria apoyó a su padre. -Sasha, no te dejes engañar por este tipo de personas. Él es traicionero, manipulador, malévolo y sinvergüenza. Se te olvida que usó un traje para extorsionar a mi esposo hoy por la mañana. ¿Crees que eso es algo que una persona empática haría? No olvides que somos familia.

Los tres comenzaron a discutir, lo que causó que a Sasha le dieran escalofríos de la desesperación, pero no había manera de razonar con ellos.

—Mateo, ni pienses que las cosas se quedarán como están con solo quedarte callado. Si no

hablas, buscáremos al señor Navarro personalmente. ¿Qué piensas hacer entonces? —Dicho esto, Santiago salió de la habitación.

Mateo regresó a su habitación y por fin tuvo un momento de paz. Sasha se sentó a su lado y preguntó con su suave voz:

—Mateo, ¿estás molesto?

—¿Molesto? —se rio. —Claro que lo estoy, pero mientras tú estés aquí conmigo, nada más importa.

Sasha se sonrojó. -Eres demasiado complaciente, podrías intentar poner resistencia...

-¿Para qué? -Mateo sacudió la cabeza. -Si discuto con ellos, al final serás tú quien termine en problemas. Sasha, te prometí que nada malo te volvería a pasar. Si te pusiera en una situación difícil, estaría rompiendo mi promesa.

En ese instante, lágrimas comenzaron a formarse en los ojos de Sasha mientras pensó: «¡Esto es afecto real!»

—Mateo, muchas gracias. —En ese momento, Sasha se acercó a Mateo y le dio un beso en la mejilla antes de dirigirse al baño sonrojada.

Mateo estaba sorprendido y no pudo evitar soltar una risita. En los tres años que llevaban casados, ese había sido el primer beso que le daba. A como iban las cosas, el siguiente paso no estaría muy lejos.

A la mañana siguiente, Santiago y Elena se despertaron temprano. Al darse cuenta de que ambos estaban arreglados, Sasha preguntó:

—¿A dónde van?

Santiago contestó:

-Vamos a hablar con el señor Navarro y a explicarle todo.

Sasha, sorprendida, intentó razonar con su padre. —Papá, déjense de tonterías. Estamos hablando del señor Navarro.

Santiago la miró y le dijo:

—¿Qué importa quién sea? Su hija se curó gracias a nuestra medicina. ¿Por qué no nos ofrecería alguna remuneración. Todo se lo quedó Mateo, tan egoísta. ¿Y nosotros?

Elena levantó la mano. -Suficiente, Sasha. Deja de balbucear. Mejor concéntrate en el tu trabajo. Tu tío vendrá en unos cuantos días, imagino para buscar trabajo en tu empresa. Piensa en eso y acomódalo en una buena posición.

Sasha estaba aún más sorprendida. ¿Su tío y su familia la visitarían justo después de su primer día de trabajo? -Mamá... —Tenía muchas cosas más por decir, pero no alcanzó a decirlas ya que sus padres salieron rápidamente de la casa.

-Mateo, ¿debería acompañarte para ver al señor Navarro?

-Sasha bajó la voz y explicó: —No sé qué sean capaces de decir frente a él. Te harán quedar mal...

—¿Cuál pena? Para ser sincero, este tipo de personas no sirven de nada vivas. Solo causan problemas a los demás.

En medio de la discusión, Javier alcanzó a ver a Mateo y se dirigió hacia él. —Mateo, todavía tienes el descaro de regresar a trabajar. Has estado ausente por tres días, así que el hospital tomó la decisión de despedirte. -Dicho esto, Javier comenzó a reírse. -Pero ya que le estoy haciendo el favor a Sasha de darte trabajo aquí, ¿qué te parece esto? Si llamas a Sasha, abogaré por ti para que no te despidan.

Mateo lo miró a los ojos. «¡Este hombre se quiere morir!» —Javier, no le causes problemas a Sasha —respondió Mateo. -Ella me dijo que le dan ganas de vomitar con solo verte.

—¿Qué? —Javier se molestó. —¿Qué acabas de decir? Sasha no diría algo así. Un momento, la llamaré ahora. ¿Cómo te atreves a meter cizaña entre nosotros? Estoy seguro de que te dará tu merecido.

-Pfft -resopló Mateo. -Director Zavala,

le recomiendo que no le hable a Sasha; no va a contestar.

—¿Cómo? —Javier soltó una risa histérica. —¿Te refieres a mi llamada o a la tuya? La llamaré ahora para que veas. -Javier marcó el número de Sasha en su teléfono, pero tras dos pitidos, se cortó. -¿Qué está pasando? -dijo sorprendido. «¿Sasha rechazó mi llamada? Esto nunca había sucedido.»

Ya que Sasha tenía varios asuntos en los que trabajaba para Javier, siempre le contestaba sus llamadas, pero ahora ella era la directora de la empresa. En su primer día, tuvo que asistir a una junta directiva. ¿Por qué le contestaría a Javier? Por el otro lado, Javier se rehusó a darse por vencido y la volvió a llamar solo para toparse con el mismo resultado. Tras varios intentos fallidos, Javier estaba confundido. «No pareciera que esté rechazando mis llamadas.»

-Director Zavala, no gaste su energía en eso -sonrió Mateo. —Con esa apariencia tan horrenda, Sasha vomitaría de solo escucharlo. ¿Por qué insiste en hacer las cosas más incómodas para ella?

La gente alrededor comenzó a reírse a carcajadas mientras que Javier estaba a punto de explotar de la desesperación. —¿Cómo te atreves a menospreciarme? — En ese momento, alzó la mano para golpear a Mateo, pero él dio un paso hacia atrás, lo que causó que Javier se tambaleara. En ese momento, Mateo le metió el pie a Javier para que se tropezara y cayera al suelo. El golpe hizo que comenzara a sangrar.

-¿Cómo te atreves a lastimarme? -gritó Javier con voz quebrada. -Eres hombre muerto, Mateo. No pasaré esto por alto. ¡Que alguien llame al departamento de seguridad!

Al poco tiempo, un grupo de guardias llegaron a la escena. —¿Quién golpeó a mi primo? —Un hombre de aspecto regordete se acercó gritando arrogantemente:

-¿Acaso deseas morir? ¿Cómo te atreves a golpear a alguien en mi territorio? Y sobre todo, has golpeado a mi primo. Definitivamente haré que te maten hoy.

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