-¡Papá! -interrumpió Sasha. -Mateo nos ha ayudado bastante. ¿Cómo puedes hacerle algo así?
Elena respondió molesta:
-¿Ayudarnos? ¿Quién cree que es? ¿Cómo es capaz de ayudarnos?
-Él usó una medicina de nuestra empresa, así que todo eso nos pertenece. Es solo un payaso que se cree que tiene una autoridad injustificada basándose en cualquier pretexto. ¿Por qué deberíamos agradecerle cuando él se queda con todo lo bueno?
Demetria apoyó a su padre. -Sasha, no te dejes engañar por este tipo de personas. Él es traicionero, manipulador, malévolo y sinvergüenza. Se te olvida que usó un traje para extorsionar a mi esposo hoy por la mañana. ¿Crees que eso es algo que una persona empática haría? No olvides que somos familia.
Los tres comenzaron a discutir, lo que causó que a Sasha le dieran escalofríos de la desesperación, pero no había manera de razonar con ellos.
—Mateo, ni pienses que las cosas se quedarán como están con solo quedarte callado. Si no
hablas, buscáremos al señor Navarro personalmente. ¿Qué piensas hacer entonces? —Dicho esto, Santiago salió de la habitación.
Mateo regresó a su habitación y por fin tuvo un momento de paz. Sasha se sentó a su lado y preguntó con su suave voz:
—Mateo, ¿estás molesto?
—¿Molesto? —se rio. —Claro que lo estoy, pero mientras tú estés aquí conmigo, nada más importa.
Sasha se sonrojó. -Eres demasiado complaciente, podrías intentar poner resistencia...
-¿Para qué? -Mateo sacudió la cabeza. -Si discuto con ellos, al final serás tú quien termine en problemas. Sasha, te prometí que nada malo te volvería a pasar. Si te pusiera en una situación difícil, estaría rompiendo mi promesa.
En ese instante, lágrimas comenzaron a formarse en los ojos de Sasha mientras pensó: «¡Esto es afecto real!»
—Mateo, muchas gracias. —En ese momento, Sasha se acercó a Mateo y le dio un beso en la mejilla antes de dirigirse al baño sonrojada.
Mateo estaba sorprendido y no pudo evitar soltar una risita. En los tres años que llevaban casados, ese había sido el primer beso que le daba. A como iban las cosas, el siguiente paso no estaría muy lejos.
A la mañana siguiente, Santiago y Elena se despertaron temprano. Al darse cuenta de que ambos estaban arreglados, Sasha preguntó:
—¿A dónde van?
Santiago contestó:
-Vamos a hablar con el señor Navarro y a explicarle todo.
Sasha, sorprendida, intentó razonar con su padre. —Papá, déjense de tonterías. Estamos hablando del señor Navarro.
Santiago la miró y le dijo:
—¿Qué importa quién sea? Su hija se curó gracias a nuestra medicina. ¿Por qué no nos ofrecería alguna remuneración. Todo se lo quedó Mateo, tan egoísta. ¿Y nosotros?
Elena levantó la mano. -Suficiente, Sasha. Deja de balbucear. Mejor concéntrate en el tu trabajo. Tu tío vendrá en unos cuantos días, imagino para buscar trabajo en tu empresa. Piensa en eso y acomódalo en una buena posición.
Sasha estaba aún más sorprendida. ¿Su tío y su familia la visitarían justo después de su primer día de trabajo? -Mamá... —Tenía muchas cosas más por decir, pero no alcanzó a decirlas ya que sus padres salieron rápidamente de la casa.
-Mateo, ¿debería acompañarte para ver al señor Navarro?
-Sasha bajó la voz y explicó: —No sé qué sean capaces de decir frente a él. Te harán quedar mal...
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