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El Regreso Del Yerno Misterioso romance Capítulo 29

Cuando Javier le explicó la situación a su padre, Iván quedó maravillado. Ahora no solo se pudieron deshacer de Mateo, pero podían sacar aún más provecho de la situación. Dos pájaros de un tiro.

-Señora Guevara, no se preocupe. Mi hijo es un especialista en el área y ha decidido realizar la operación para su hijo -dijo Iván sonriendo. -Le juro por mi vida que su hijo estará bien.

-¿En serio? -La señora se llenó de gozo. -Presidente Zavala, cuento con usted. Si pueden salvar a mi hijo prometo donar de ahora en adelante 30 millones al hospital cada año.

Iván por poco y suelta la carcajada. Si él pudiera obtener una donación así, su posición en el hospital sería aún mayor a la del presidente. Iván ordenó personalmente que enviaran al joven Guevara al quirófano donde Javier realizaría la operación. Cuando la cirugía inició, Javier notó las agujas de plata en el joven.

-¿Qué es esto? -preguntó confundido.

Uno de los doctores respondió:

-Son las agujas de plata que insertó Mateo Lara hace unos momentos.

En cuanto escuchó el nombre de Mateo, Javier sintió gran furia. -¿En qué era vivimos? ¿A quién quiere engañar con métodos tan antiguos? —En ese momento, Javier retiró las 5 agujas y el joven comenzó a vomitar sangre nuevamente y sonó la alarma de los signos vitales.

-¡Oh no! El paciente está entrando en estado de crisis. Necesitamos algo que lo salve.

Al ver la situación, Javier casi se desmaya. El joven Guevara regresó a su estado crítico. Si Javier intentara operarlo ahora, las probabilidades de éxito eran menores al 1 %. Entró en pánico y salió corriendo del quirófano. Al informarle la situación a su Iván, por poco se le sube la presión. En ese momento, varias personas entraron a la sala, entre ellos nada más y nada menos que el padre, Timoteo.

-¿Cómo está mi hijo? -gritó Timoteo, lo que hizo que Javier e Iván temblaran del miedo. Detrás de Timoteo, se encontraba un hombre mayor de cabello gris.

-¡Es el divino doctor York! -exclamó la gente del asombro. El doctor York era el segundo mejor en todo Eastcliff, sus habilidades eran aún más refinadas que las de José.

Iván suspiró del alivio y corrió hacia él para pedirle que pasara al quirófano. Cuando el doctor York vio la situación, exclamó:

-¿Cómo pasó esto? Creí que ya había pasado la situación más crítica.

—No lo sé... —tartamudeó Javier. —Pasó de pronto en cuanto entró el paciente a la sala.

-¿Qué hiciste? -preguntó el doctor preocupado.

—¡No hice nada!

-Director Zavala, usted retiró las agujas de plata del paciente... -interrumpió uno de los médicos.

—¿Agujas? —El doctor arrugó las cejas. —¿Cuáles agujas? ¿De dónde las sacaste?

El médico procedió a indicarle los puntos en donde estaban colocadas. Al escuchar esto, la expresión del doctor cambió drásticamente y exclamó:

-¿Quién las insertó?

—Uno de los intendentes del hospital, Mateo Lara — respondió Iván. -Por poca mata al joven Guevara, por lo que lo despedimos.

-¡Idiotas! -gritó el doctor furioso. -¿Qué saben ustedes? Estas 5 agujas eran las que le estaban salvando la vida. Ahora que las retiraron, morirá.

-¿Qué? -Todos los presentes se pusieron pálidos al escucharlo mientras la madre del joven comenzó a entrar en pánico. -Doctor York. Por favor salve a mi hijo.

El doctor sacudió la cabeza. -Si las agujas estuvieran aún colocadas, estaría bien bajo cualquier tratamiento, pero ahora que fueron retiradas, solo hay 1% de probabilidades de salvarlo aún si lo opero yo.

-Solo basta con colocarlas de nuevo, entonces -dijo Javier ansioso.

—¡No toques nada! —dijo el doctor ansioso antes de continuar:

-¿Crees que es muy fácil solo reinsertar las agujas? El método de acupuntura, los puntos, la fuerza, la profundidad y el orden de las agujas debe ser muy preciso. Si las insertas al azar, solo acelerarás su muerte.

La señora lloró envuelta en pánico:

Dijo arrogante que quiere que usted vaya y le ruegue que regrese.

—¿Qué? —La señora fue la primera en reaccionar. — ¿Quiere que mi esposo le ruegue? ¿Quién se cree que es para pedir semejante cosa? No sabe que podemos hacer de su vida lo que nos plazca.

Iván estaba maravillado de la situación. Pensó que podría usar a la familia Guevara para hacerse cargo de Mateo. -¡Qué sinvergüenza! -resopló Iván. -Actúa tan arrogante y nos menosprecia solo porque tiene el apoyo de José Higuera. ¡Es ridículo!

Timoteo sonrió. -¡Higuera no es nadie! En esta ciudad, no hay nadie más respetable que el señor Navarro. ¡Que alguien lo traiga de inmediato!

El doctor York sacudió la cabeza y dijo decepcionado:

—El deber de un buen doctor salvar a los heridos. Sin un código ético, no es un buen doctor, a pesar de tener la mejor experiencia en medicina.

-Señor Guevara, no podemos encontrar a Mateo por ningún lado -exclamó Javier.

—¿Qué? —Timoteo entró en pánico. —¿Qué hay de mi hijo?

Después de pensar qué decir, Javier explicó:

-Aunque no podamos encontrar a Mateo, su esposa y su familia están cerca. Así que podré encontrarlo fácilmente. Mientras el doctor York pueda mantener a su hijo con vida, puedo traer a Lara de regreso.

El doctor York asintió. —No puedo curarlo, pero puedo mantenerlo con vida por un tiempo, pero no creo poder más de un día.

-¡Un día es suficiente! -dijo Javier alegre. -Señor Guevara, necesito de su cooperación. Solo así podremos lograr que Mateo haga algo por su hijo.

Timoteo aceptó:

—No hay problema. Javier estaba emocionado. Con el apoyo de Timoteo, podría presionar a Sasha a hacer lo que él quisiera. Quizás esta vez podría aprovechar la oportunidad para robarle un beso.

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