El Valiente Renacer de una Madre Soltera romance Capítulo 237

Cuando Sofía por fin entendió la verdadera razón de la multitud, ya era demasiado tarde.

La placa del carro de Jaime fue detectada de inmediato por los presentes, quienes tras intercambiar miradas, rodearon el vehículo con rapidez.

—¡Sofía! ¡Ya pasó mucho tiempo desde aquel escándalo! ¿Todavía no piensas pedir disculpas en público? Solo te aferras al puesto de esposa del presidente de Grupo Cárdenas, disfrutando tranquilamente mientras dejas que el presidente Cárdenas limpie tu desastre.

Las voces, llenas de rabia, lanzaban acusaciones sin piedad. Algunos incluso parecían emocionados, esperando captar la noticia del año en sus celulares.

Pero Sofía, en vez de avergonzarse o enojarse, sintió confusión.

Observó los gestos indignados de todos y recordó el comentario que el presidente de CANDIL para Sudamérica había hecho apenas una hora antes.

Seguramente, toda esa gente había llegado temprano a las oficinas de Grupo Cárdenas y no tenían idea de las novedades.

La multitud, como una marea, se abalanzó sobre el carro, rodeándolo por completo. Jaime, resignado, miró a Sofía.

—Señora, ya llamé a los de seguridad y a los escoltas, por favor espere un poco más.

Mientras hablaba, dio un vistazo nervioso a la gente que presionaba contra el vidrio. La situación lo tenía abrumado.

En ese momento, Sofía bajó la ventana.

Su expresión, serena y elegante, se cruzó con la de un hombre que estaba a punto de insultarla. Al verla, el tipo se quedó mudo.

Sofía guardó silencio, repasando con la mirada a los alborotadores.

—Pueden buscar en internet la última declaración de CANDIL y el presidente de la marca en Sudamérica.

Su voz sonó clara y firme.

No gritó, pero cada palabra se sintió como si retumbara entre todos. Había algo en su calma que imponía respeto.

Al encontrarse con su mirada tranquila, quienes habían llegado en actitud de linchamiento empezaron a dudar.

Se cruzaron miradas incómodas entre ellos, hasta que una voz surgió del grupo:

—¿Y qué van a decir ahora? ¿No es solo porque eres la esposa del presidente de Grupo Cárdenas? Si no fuera porque el presidente Cárdenas temía que hicieras más escándalo, ni se hubiera molestado en pedirle a CANDIL que te cubriera las espaldas.

La voz era común, de esas que se pierden en la multitud.

Sofía miró hacia donde venía el comentario, pero entre tanta cabeza y empujones, solo pudo ubicar una zona amplia.

Frunció el ceño, entornando los ojos para tratar de identificar al responsable.

Apenas terminó el comentario y la tensión que Sofía había logrado calmar volvió a encenderse.

—¡Esperen!

Alguien, tras revisar su celular, interrumpió el ataque.

—¡El presidente de CANDIL en Sudamérica acaba de decir que Sofía es accionista de la marca, y que el vestido fue un regalo directo para ella!

La joven repitió lo que leyó, quedándose paralizada después de terminar.

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