Miro a mi alrededor mientras siento como el ambiente se torna pesado y todos nos observan. La vergüenza me invade y quiero terminar el espectáculo donde yo soy protagonista sin que me hayan avisado previamente.
Entonces, ha venido a saber de mí porque yo no me había comunicado y la señora Gabriela estaba preocupada. Bien, ya me vio y estoy bien. Puede irse, señor Delacroix y si vuelve a suceder esto, debe mantenerse calmado.
>> Seguramente, estoy ocupada trabajando y no noto que me llaman al teléfono. Pero eso no quiere decir que este en peligro o algo malo haya pasado. Agradezco su preocupación y pido disculpas por haber sido tan descuidada. Ahora, que ya ha notado que estoy bien, vaya a su casa a descansar. Yo seguiré en mi trabajo. — digo soltándome de su agarre.
Bien, ¿por qué no nos vamos todos a casa? — interviene mi jefe — ya es tarde y necesitan despejar su mente y descansar su cuerpo, para que las cosas salgan bien. Solo descansando, las respuestas que no veíamos aparecen. Así que, todos tomen sus cosas y vámonos de aquí. Ya es hora de descansar.
Dante asiente feliz y se lleva a Alfred lejos mientras Alessandro me quiere evaporar con la mirada. Mi jefe, también se marcha y por ello, cuando mi exjefe y donador de esperma, me lleva a la salida, nadie está para ver mi vergüenza.
Alessandro, no me pregunta si tengo algo que buscar o si me quiero ir con él, Alessandro solo me lleva hasta la salida donde está su auto y abre la puerta de copiloto para que entre.
No necesitas llevarme y tampoco necesitas hacer estás escenas que solo te ponen en desventaja.
Sube al auto. — ordena Alessandro y yo no lo hago.
Puedo irme por mi cuenta — digo alejándome del auto, pero Alessandro no desiste y me toma del brazo atrayéndome a su cuerpo.
¿Quieres que lo haga a las malas? — pregunta Alessandro en tono amenazante.
¿Quieres hacerlo? Te recuerdo que soy abogada, señor Delacroix y sé perfectamente que leyes usar a mi favor si decide obligarme a ir con usted o hacer cualquier otra cosa. — le advierto.
Denúncieme, entonces. Así todo será más divertido. Sin duda, serás famosa. Porque nos denunciaremos mutuamente y para la prensa será un pan caliente saber que mi secretaria, lleva a mi hijo de una forma no natural. Dudo que alguien te crea si dices que es una coincidencia y toda la calma que has tenido hasta ahora, desaparecería.
¿Me estás amenazando?
Sí. Ahora, sube. — dice Alessandro rodeando el auto para subir a su asiento.
Maldito. Sabe cómo dejarme sin palabras. Si solo pudiera responderle como se merece, todo sería distinto.
Entonces, ¿subes o vamos a dejar que está situación se haga más grande con la prensa y demandas? — pregunta Alessandro con sus brazos sobre la parte superior del auto.
Subo — digo entrando al auto con molestia
Eso creí — dice Alessandro sonriente y yo solo siento deseo de borrarle esa sonrisa.
Nadie habla en el trayecto y eso es bueno, porque no quiero es tener una conversación mordaz y grosera con él. Por lo que, disfruto del paisaje mientras intento fingir que mi jefe no está a mi lado. El silencio del lugar me ayuda a relajarme y cuando menos me doy cuenta, me estoy despertando de un sueño en el que no recuerdo cuando me dormí.
Me remuevo intentando eliminar la pereza que siento y es cuando mi pierna toca un cuerpo cálido, que me quedo inmóvil. De inmediato, abro los ojos abruptamente y es cuando lo veo.
Mi maldito — y sensual — exjefe, yace dormido a mi lado de una manera tan natural y perfecta, que parece de un comercial de almohadas o algo de dormir.
‘¿Quién es Roxana?’ me pregunto mentalmente.
Como si la vida quisiera decirme quien es esa mujer, la puerta de la habitación se abre mostrando el trasero de una chica vestida de empleada doméstica demasiado sexy.
Fontanero Andro, necesito que me ayude a destapar unas tubería… — la mujer se queda en silencio al girar su cuerpo y vernos.
Pero ya su voz había despertado a Alessandro, quien saltó de la cama y yo hice lo mismo gracias al rebote de esta. Quisiera decir que estoy avergonzada de la situación o que quiero reírme de la misma, pero solo puedo quedarme concentrada en el cabello desordenado de mi jefe y como su rostro de recién levantado, es tan sexy como el bulto que amenaza con estallar su pantalón.
Debería enfocarme en lo promiscuo que es y como estoy acostada en una cama que debe tener muchos fluidos, pero no, me concentro en lo sexy que se ve el mujeriego de mi jefe. Justamente, lo que no debo notar, es lo que más me llama la atención.
Roxana — susurra Alessandro y mi cabeza confirma lo que sospechaba
¿Otra vez vamos a hacer un trío? — pregunta Roxana molesta y esa es la señal perfecta para yo irme ahora mismo de está habitación.
Me tengo que ir. Los dejo — digo saliendo de la cama.
Espera un momento — pide Alessandro, pero yo lo ignoro y me marcho.
Entonces se divirtieron ustedes dos. Ahora, dudo que pueda ser capaz de complacerme tantas veces — se queja Roxana detrás de mí y yo corro a la salida con el rostro ruborizado.

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