Haber subido al auto de mi jefe, había sido una decisión arriesgada que, por fortuna, no me dejó con las bragas perdidas o rotas como mi dignidad. Pero eso no impidió que pasara un momento vergonzoso como este, donde creen que me acosté con mi exjefe, teoría que se confirma al llevar a su hijo en mi vientre.
Sabiendo que no puedo quedarme más tiempo y que nunca debí venir, busco la salida para marcharme de este loco lugar. Pero, cuando llego a la gran puerta que seguramente me lleva a la salida, la puerta no cede.
Señorita Morgan, espero un momento — escucho decir a Alessandro y yo me siento atrapada en una gran sala con una puerta que no quiere ceder.
Ahora sé que sienten los perros cuando quieren salir, pero su dueño no les abre la puerta que han visto ser abiertas miles de veces. Yo sé cómo abrir una puerta, pero justamente me tope con una que me impide salir y por ello, soy prisionera de una moderna y amplia cárcel.
Señorita Morgan, espere un momento — dice Alessandro caminando hacia mí usando sólo su bóxer con una pequeña muestra de humedad y dudo que sea orina.
¿Puede abrirme la puerta? — pregunto incómoda mientras Roxana, aparece con una mirada curiosa por lo que sucede.
No lo haré — dice Alessandro más calmado.
¿Qué? ¿Por qué? — pregunto molesta.
Eres descuidada. Ayer lo note cuando no estabas en casa y más cuando te quedaste dormida en el auto, al punto que por más que intente despertarte, no pude. — responde Alessandro.
¿Y eso es motivo para secuestrarme? Porque eso estás haciendo con tu negativa a dejarme ir.
Mis padres no pueden lidiar contigo. Faltaste a casa y me bombardearon con llamadas insistentes que dejaron de entrar en mi teléfono cuando les dije que estabas en mi casa. Ellos ya están mayores, no deberían tener ese tipo de preocupaciones.
Por eso, no estaba de acuerdo en vivir con tus padres. Yo no soy su responsabilidad y prefiero vivir como lo hacía, antes que me acostumbre a estás atenciones que hace años no vivía. — le respondo.
En eso tienes razón, tú no eres su responsabilidad. Pero si la mía. — responde Alessandro y yo lo observó sorprendida.
¿De qué hablas?
El bebé es mi responsabilidad y al estar en tu interior, tú lo eres. — responde Alessandro y yo siento como mis neuronas hacen corto circuito.
No. — digo segura — Este es mi bebé.
Por más que te niegues a aceptar la realidad. también es mi hijo y sin mi ayuda, no podrías tenerlo — responde Alessandro.
Otro punto. Si sigue así, nos va a tomar una gran ventaja en esta disputa. — me dice mi consciencia reconociendo que no hay manera en que yo pueda ganarle.
Entiendo que te sientas responsable y lo agradezco.
Ya que no tengo argumentos para pelear su punto, debo halagarlo o perderé la oportunidad de ser libre.
Pero… — dice Alessandro invitándome a hablar.
No quiero que asumas la responsabilidad. Como sabrá, es incómodo y extraño que estemos en su casa o cualquier lugar privado. Por lo que, no es necesario hacer más incómodo todo esto, porque usted se sienta responsable.
>> La familia Delacroix, no me debe nada ni debe sentirse responsable de nada. Mi sueño, era ser madre y por ello, luché. No lo hice esperando que ustedes me dieran todo. Es más, nunca se me pasó por la mente que ustedes se involucraran en mi vida durante el embarazo.
Otro punto. Si sigues así, terminaras pudiendo perdón por todo lo que hiciste y lo que no.
Estoy segura.
¿Vas a negarme que querías huir? Porque aún en medio del fuego, vi varias cosas regadas y varias bolsas con ropa mal empacada que dudo, hayas tomado para regalar.
Sin duda, no se le escapa nada. Así, cualquier excusa que pueda darle, sonara muy tonta. Ya que, me han tomado infraganti.
Tienes razón — confieso decepcionada por perder contra él — emprendí huida cuando me dijiste que era tu hijo, porque supe bastante tarde que existía esa posibilidad y por ello, comprendía los riesgos.
>> He trabajado para usted y sé que anhela un hijo para despejar rumores. Por eso, temí que me lo arrebatará y aunque ese miedo se confirmó con su propuesta, no quise intentar huir de nuevo porque comprendí que no era correcto. Me pongo en su lugar, señor Delacroix y así como a mí no me gustaría que me alejara de mi hijo, no lo pienso hacer con usted.
‘Sin duda, eres muy buena improvisando, Kim.’ me felicito mentalmente mientras veo como su mirada juzgándome se ablanda. Sin embargo, el efecto dura poco.
Me alegra que me digas eso, pero no saldrás de aquí. Aún no conoces la importancia de lo que llevas dentro y yo no quiero que por eso o algún ex resentido, termines dañando al bebé. Así que, no insistas, de aquí no vas a salir hasta que nazca el bebé. Porque incluso las citas médicas, serán aquí.
¿Vas a secuestrarme? — pregunto molesta.
Sí. Así que, disfruta tu prisión, señorita Morgan — dice Alessandro sonriente mientras extiende sus brazos mostrándome e lugar, para después alejarse y tomar a Roxana como un costal en su hombro — Vamos a arreglar cuentas tú y yo en el balcón. — dice Alessandro desapareciendo en una dirección mientras yo proceso lo que acaba de decirme.
Esto es inaudito.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Embarazada del CEO.