Florecer en Cenizas romance Capítulo 161

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Fabiola se quedó congelada un momento. Así que, para Adriana, ambas solo eran estudiantes apadrinadas por Sebastián.

—Tienes razón… —Fabiola no quiso seguir explicando.

Adriana ni se imaginaba lo que Fabiola tuvo que soportar en el pasado para conseguir el apoyo de Sebastián. Para que él le pagara la escuela, Fabiola aceptó muchas condiciones injustas.

—Por eso, Fabiola, lo que tenemos que hacer es convertirnos en quienes más le convengan a Sebastián. —Adriana rebosaba confianza; sus palabras eran un reto directo para Fabiola, como diciendo que ella sería más valiosa.— Las calificaciones no son lo único que importa.

¿De qué servía que Fabiola sacara mejores notas? Ella tampoco era mala.

—Tú haz tu esfuerzo. Yo no necesito serle útil a nadie, solo necesito estar en paz conmigo misma —replicó Fabiola tras una pausa.— Y además, ya estoy casada.

Por teléfono, Adriana pareció quedarse en shock.

—¿Te casaste?

—Sí.

—¿Y tu esposo cómo es? Seguro no es tan increíble como Sebastián, ¿verdad? ¿O fue que, como no pudiste quedarte con Sebastián, te resignaste y agarraste lo que había? Ay, rendirse así está mal —soltó Adriana con una risita burlona, como si disfrutara ver a Fabiola acorralada.

—Tengo cosas que hacer, échale ganas —dijo Fabiola y sin más colgó la llamada.

Agustín partió el tenedor desechable, frotó las puntas para quitarle los restos de plástico, y solo cuando estuvo seguro de que no pinchaba, se lo pasó a Fabiola.

Fabiola dejó el celular a un lado y le sonrió a Agustín.

—Gracias…

Agustín no respondió. Entre ellos siempre existía esa barrera, como si una pared invisible los separara, y Fabiola sentía que eso la desgastaba.

Después de terminarse las empanadas, Agustín la llevó de regreso a casa.

Fabiola no se sentía animada. Sebastián y Adriana habían logrado enfurecerla, pero lo que de verdad la traía inquieta era el desorden en su cabeza: no dejaba de pensar en Agustín y en Anahí.

Ya sabía, por experiencia, lo fuerte que puede ser la obsesión de un hombre por su primer amor.