Florecer en Cenizas romance Capítulo 190

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Fabiola miró a Agustín con una mezcla de asombro y temor.

¿No se suponía que sus padres habían muerto en un accidente?

Fabiola había escuchado lo que pasó con los padres de Karla: fueron asesinados por un sicario en Costa Esmeralda. Aquello causó un gran alboroto en su momento, y hasta la fecha el asesino seguía libre.

Después de todo, Karla era heredera de una de las familias más influyentes de Ciudad de la Luna Creciente. Que una persona de su nivel muriera en Costa Esmeralda es algo que, hasta el día de hoy, sigue dando de qué hablar.

Pero los padres de Agustín… ¿también los habían matado?

Fabiola no se atrevió a preguntar más, solo apretó la mano de Agustín, sintiendo la presión de su propia impotencia.

Él llevaba una carga que quizá superaba por mucho todo lo que ella podía imaginar.

Ahora, cuando apenas podía cuidarse, entendió que lo mejor que podía hacer era no causarle más problemas a Agustín… eso ya sería suficiente ayuda.

No había nada en lo que pudiera ayudar. Preguntar más solo sería estorbar.

...

Hospital de Costa Esmeralda.

Tan pronto como Agustín salió, Anahí se incorporó en la cama con el ceño fruncido y miró a Vanessa con molestia.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué empujaste a Agustín hacia esa mujer? ¿Que no entiendes? ¿Ya se te olvidó lo que te dije? Solo si yo me caso con Agustín y entro bien a la familia Lucero, tú podrás ser reconocida como la hija de los Lucero. ¿O ya olvidaste cómo se burlaban de ti en la escuela?

A Vanessa se le notaba el malestar en la cara. Desde que tenía memoria, Anahí solo sabía regañarla, manipularla y controlarla.

—¿Y alguna vez te has puesto a pensar en lo que yo quiero? —preguntó Vanessa, con los ojos enrojecidos y a punto de llorar.

—¿Acaso importa lo que tú quieras? Si no entro a la familia Lucero y no me aferro a Agustín, voy a perderlo todo —Anahí perdió el control, su voz se quebró mientras miraba a Vanessa—. Escúchame bien: yo soy tu madre, y solo si yo sobrevivo, solo si me caso con Agustín, tú vas a poder tener tu lugar. ¿O quieres seguir siendo siempre la que arrastra a los demás, la que todos ven como estorbo, la burla de todos? Si no me ayudas, ese será tu destino.

Vanessa bajó la cabeza, sin contestar.

—Aunque bueno… lo que hiciste no estuvo tan mal. Por lo menos así te ganaste la confianza de Fabiola. He visto que te llevas bien con ella —Anahí relajó el tono y hasta esbozó una sonrisa, cambiando de táctica para halagarla.