Florecer en Cenizas romance Capítulo 216

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—Pero... esa persona fue diagnosticada con esquizofrenia severa, así que lo mandaron a la fuerza al hospital psiquiátrico. Conseguir que nos diga la verdad será complicado, además... la gente con ese tipo de enfermedad, pues, ni siquiera tiene responsabilidad penal... —Tomás miraba a Frida, temiendo que en cualquier momento perdiera el control.

Sin embargo, Frida se mostró sorprendentemente serena.

Se soltó de Tomás, se sentó a un lado y analizó la situación con calma.

—Ya encontraron a Fabiola. Al menos... puedo decir que cumplí lo que le prometí a mi hermana. Sobre si ese tipo es o no un enfermo mental, todavía no hay un veredicto definitivo. Aunque sí lo sea, de todas formas tenemos que buscar la manera de hacerlo hablar.

Tomás no pudo ocultar su asombro. Frida estaba mucho más sensata y tranquila que antes.

Durante todos estos años, con tal de encontrar a la verdadera Karla, Frida había perdido la cabeza; parecía poseída, lista para estallar en cualquier momento.

Tal vez ahora que por fin la encontraron y supo que Fabiola estaba a salvo y viviendo bien...

—Fabiola está con Agustín; supongo que él sabrá protegerla —dijo Frida, aunque seguía inquieta—. ¿Tú crees que Agustín vaya a tratar mal a nuestra Fabiola? ¿Será que ella sí quiso embarazarse? ¿Y si Agustín la obligó?

Tomás solo la miró en silencio.

—Ya estás pensando demasiado.

—¡No podemos dejar que Agustín se lleve así tan fácil a mi sobrina! ¡Le salió gratis! Se va a casar nada más porque sí, y encima con una universitaria, y es mi sobrina —Frida ya no podía mantenerse tranquila.

Tomás tosió para quitarle hierro al asunto.

—Bueno, si quieres, los separamos y que se divorcien.

Frida le lanzó una mirada fulminante.

—Vaya, sí que eres venenoso cuando quieres.

Tomás prefirió no decir nada más.

...

Ciudad de la Luna Creciente.

Paulina ya estaba enterada de la vergüenza que Karla pasó en la fiesta de la familia Rivas. Por teléfono, le soltó una regañada monumental.

—Aquí en la Ciudad de la Luna Creciente no puedo moverme ahorita, y Karla, esa inútil...

Lanzó una mirada furiosa a Héctor.