Florecer en Cenizas romance Capítulo 275

La maestra se secó el sudor de la frente y negó con la cabeza, resignada. A nadie le convenía meterse en problemas, así que aunque hubiera cámaras, tenía que decir que no.

—Perdón, las cámaras no sirven.

Agustín asintió con calma.

—¿Entonces ya estuvo, no? Si no hay cámaras, ¿quién puede probar que golpeamos a alguien? Señorita Martina, si sigue con esto, ya sería de mala educación.

La maestra también intervino de inmediato.

—Señorita Martina, la verdad Ximena no parece tan lastimada. ¿Por qué no dejamos el asunto así…?

—¡¿Quién dijo que ya se acabó?! —Martina explotó, sin intención de ceder—. Agustín, ¿de verdad crees que sigues siendo el de antes? Sin la herencia del Grupo Lucero, ¿de veras crees que tienes esa autoridad?

Agustín la miró con una sonrisa entre sarcástica y burlona. Qué ingenua…

¿En serio pensaba que, por dejar el Grupo Lucero, iba a caer tan bajo y dejarse manipular por ellos?

—Dicen que Firmeza Global le quitó a la familia Gallegos la mitad de su negocio. Ahora tienen tantos problemas que apenas pueden con lo suyo. ¿Todavía les queda ánimo para venir aquí a hacer escándalo?

El gesto de Martina cambió de inmediato. ¿Cómo sabía Agustín que Firmeza Global llevaba semanas complicándole la vida a la familia Gallegos? ¿Será que Agustín conocía al jefe que estaba detrás de Firmeza Global?

Martina soltó una risa despectiva.

—Y aunque conozcas al dueño de Firmeza Global, ¿qué? Solo te apoyas en tus contactos por tu estatus actual. El día que caigas, quiero ver si alguien te vuelve a dirigir la palabra.

Dicho esto, Martina miró a la maestra.

—Como representante de los patrocinadores del grupo internacional, exijo que sancione a los alumnos que golpearon.

La maestra la miró nerviosa.

—Es que… no hay pruebas, ¿no?

Cuando Martina iba a seguir discutiendo, una voz la interrumpió con fuerza.

—¿Ya acabaron su show?

Sebastián apareció en la puerta.

Ximena se quedó helada, mirándolo con nerviosismo.

—Cu...cuñado…

Sebastián le echó una mirada a Fabiola, con preocupación.

—Fabiola… ¿te hizo algo? ¿Te lastimó?

Fabiola, sin responderle, se escondió tras Agustín.

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