Florecer en Cenizas romance Capítulo 372

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Fabián arqueó una ceja, mirando a Héctor con una actitud desafiante. Esa mirada suya, tan vacía y desdeñosa, hacía sentir a Héctor y a Paulina como si fueran basura.

Paulina fulminó a Fabián con la vista, completamente indignada.

—¡Solo es un perro que crían los Barrera! —pensó, apretando los puños—. Cuando logre quedarme con todo lo de la familia, haré que Fabián se arrodille y le pisotearé ese orgullo que tanto presume.

...

—Fabiola.

Fabiola estaba bien entretenida comiendo galletas, lista para escuchar al abuelo revelar la verdad, cuando escuchó una voz débil a sus espaldas. Al voltear, vio que era Sebastián.

Él tenía el rostro pálido y le dedicó a Fabiola una sonrisa forzada.

Fabiola lo miró con fastidio. —Ya viniste a arruinar el momento —pensó.

—Mira nada más quién llegó —bromeó Agustín, mientras, sin que se notara mucho, jalaba a su esposa para un lado y él se colocaba junto a Sebastián, interponiéndose entre él y Fabiola.

Sebastián, molesto, apretó los dientes antes de hablar.

—Si viniste hoy, seguro es porque Héctor y Karla planean ponértela difícil. Vine solo para ver cómo se pone el show.

Agustín asintió.

—Pues qué bueno que llegaste a tiempo. Mira bien, que esto apenas va a comenzar.

Todos los reporteros rodeaban al abuelo. Sebastián aprovechó para acercarse y hablar en voz baja.

—Mi papá y Lucas no se van a quedar de brazos cruzados… Van a ir tras de ti y no te van a dar ni un respiro. Ten cuidado.

Agustín no respondió, dejándole claro que ni Lucas ni su papá le preocupaban en lo más mínimo.

...

—Señor Roberto, ¿quiere decir que va a reconocer públicamente a la señorita Karla como heredera? —preguntó un reportero, visiblemente emocionado.

Karla se irguió con aire triunfal, levantando el mentón y posando como toda una señorita de sociedad.

—Sí, hoy estoy aquí para reconocer públicamente a mi nieta Karla como la heredera. ¡Pero…! —el abuelo miró directamente a Héctor, Karla y Paulina, atentos a sus caras de satisfacción—. Ella no es mi nieta Karla.

Apenas terminó de hablar, se escuchó un murmullo generalizado.

Todos volteaban a verse incrédulos, buscando explicaciones en los rostros de los demás.

Sebastián miró a Agustín, totalmente pasmado.