Jefe Irresistible: Rendida a su Pasión (de Maria Anita) romance Capítulo 143

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Cuando Rick me dejó en casa, ya me había quedado dormida con el tecito de doña Margarida. Desperté cuando ya era tarde y con Virginia sentada a mi lado en la cama.

— Hola, bella durmiente! —Virginia dijo con una sonrisa.

— Hola, Virginia —respondí.

— ¿Cómo estás?

— Pésima. Él va a casarse con una y ya tiene otra como amante. Y lo peor, creo que es esa mujer del pasado que él buscaba.

— Cata, hablé con el bombón. Voy a contarte algo, pero es por tu bien. Y por el de mi hermano también. —Virginia parecía algo incómoda—. Alessandro no va a casarse. Lo único que sé es que descubrió que la víbora no está embarazada.

— ¿Cómo así, Virginia?

— Tiene que ver con un examen. Pero ella no está embarazada y él rompió el compromiso. En cuanto a la mujer que viste besarlo hoy, eso es más complicado, pero lo que sé es que es una ex novia, pero a Alessandro no le gusta ella. —Virginia me contó lo que sabía, que no era mucho.

— ¿Entonces no está con ninguna de las dos?

— No. El bombón me aseguró que él te ama. —Virginia afirmó—. Mira, tú amas a Alessandro. Sé que has sido sincera con Levy, pero sinceramente, nunca vas a olvidar a Alessandro. Sé sincera contigo misma y termina esta historia con Levy, antes de que lo hagas sufrir.

— Virginia, discúlpame. Nunca fue mi intención, pero realmente pensé que podría enamorarme de tu hermano. ¡Es tan increíble!

— Lo sé. —Virginia sonrió y me atrajo para un abrazo—. Yo también pensé que podrías. Pero después de hoy, estoy segura de que no.

— ¿Estás molesta conmigo? —Pregunté mirándola a los ojos.

— ¡Claro que no, amiga! —Te lo dije, mi hermano sabía dónde se estaba metiendo. —Pero ahora, resuelve las cosas con él y deja de huir de tu destino.

Después de hablar con Virginia, fui a tomar una ducha y luego me uní a las chicas en la sala. Habían pedido pizza y helado. Pasamos un tiempo comiendo y conversando.

Después de una noche con las chicas y muchos consejos, estaba decidida y renovada. Enfrentaría cosas difíciles, pero lo peor sería la conversación con Levy. No quería lastimarlo. Pero aprovecharía el día libre que Patricio me dio para resolver esto.

Estaba absorta en mis pensamientos cuando sonó mi teléfono. Era Levy. Extraño, nunca me había llamado tan temprano. Contesté y escuché su voz tranquila del otro lado.

— Linda Catarina, ¿cómo estás? —Levy habló con un tono ligero y relajado—. Supe que no te sentiste bien ayer.

— Hola, Levy, estoy mejor. Gracias. ¿Y tú?

— Pensando en verte.

— ¿Cuándo?

— ¿Tipo, ahora? Como Pedro está en la guardería, pensé en aprovechar y hablar contigo.

— Está bien. ¿Quieres que te encuentre en algún lugar?

— Estoy yendo a tu casa ahora. Te veo en un rato. Beso.