Jefe Irresistible: Rendida a su Pasión (de Maria Anita) romance Capítulo 142

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"Alessandro"

Yo estaba muy nervioso. Todavía no he recibido los resultados de los análisis, pero ya estoy seguro de que el hijo de Ana Carolina no es mío. Solo quería los resultados cuanto antes para acabar con ese circo.

El teléfono sobre mi escritorio sonó y cuando contesté, Samantha me dijo que había una persona en la recepción que quería verme. Simplemente era Liz. ¿Pero qué estaba haciendo aquí? Le dije a Samantha que podía dejarla subir, pero que la recibiría en la sala de reuniones.

Cuando Sam me avisó que había llegado, terminé el correo que estaba redactando para enviar a un cliente y salí de mi oficina. Cuando llegué a la recepción, Liz simplemente saltó a mi cuello y me besó.

— ¡Qué bien! ¿Ahora la zorra va a frecuentar la empresa? —Patricio, que estaba saliendo de su oficina, comentó.

— ¡Buenas tardes para ti también, idiota! —Liz respondió.

Suspiré y me giré hacia los ascensores, y fue solo entonces cuando vi a Catarina parada junto a Rick, quien negaba con la cabeza, claramente sin creer la escena frente a él.

Catarina pasó de largo y entró en su oficina, Samantha fue tras ella. Rick pasó junto a mí y antes de entrar en su oficina, soltó lo que estaba pensando:

— Si no eres capaz de mandar a esa cualquiera al agujero de donde salió, avísame, porque no voy a quedarme por aquí viéndote hundirte.

— Entonces, Alessandro, ¿qué vas a hacer? —Patricio exigía que tomara una posición.

— No va a hacer nada, Patricio. Fue él quien la dejó subir. —Samantha dijo cuando salió de la oficina de Catarina dirigiéndose a la cafetería.

Patricio dio media vuelta y regresó a su oficina. Yo estaba perdido sin saber qué hacer. Era mejor sacar a Liz de allí. La llevé a la sala de reuniones del primer piso. Era lo que debería haber hecho desde el principio.

— Entonces, Ale, ¿quiénes son las dos chicas de arriba? —Liz preguntó colgándose de mi cuello.

— Liz, ¿qué quieres aquí?

— ¿No es obvio? ¡Te quiero a ti!

— No, no es obvio. Terminamos hace mucho tiempo, te fuiste con tu amante y seguiste tu vida. Yo hice lo mismo.

— Pero en Nueva York nos encontramos y me quisiste de nuevo.

— No distorsiones las cosas. Nos encontramos e hice la tontería de acostarme contigo. Pero solo fue eso. Y fue un gran error.

— Ah, querido, no es así. Si te acostaste conmigo es porque todavía me amas. Así que vine a darte una oportunidad.

No podía creer lo que estaba escuchando. Esta mujer realmente no tiene ni una pizca de sentido común. Ya estaba perdiendo la paciencia.

— Estás muy equivocada. Haznos un favor a los dos y vete. Desaparece. Esfúmate. No siento absolutamente nada por ti.

— Alessandro, no me trates así. Regresé por ti.

— Pues entonces puedes irte, porque no quiero ni recordar que existes. Por favor, vete y no me busques más.

— ¿Esto es porque vas a casarte con esa aburrida de Ana Carolina? ¡Mi madre me lo contó todo! ¿Cómo te involucraste con la mujer que más odias en el mundo?

— De la misma forma que me involucré con la mujer más desgraciada del mundo, en este caso, tú. —Le grité en la cara—. Ahora por favor retírate y no me busques más.