"Alessandro"
Llamé a la secretaria y quedé con ella a la hora del almuerzo en un café cerca del consultorio. Cuando llegamos, ella ya estaba sentada en una mesa al fondo.
— Buenas tardes, Sr. Mellendez. Sr. Guzman. ¿Cómo están? —Nos saludó muy formal.
— Espera, ¿tú me conoces? —Patricio preguntó sorprendido.
— Trabajo los fines de semana en el casino del Club Social. —Dijo algo incómoda—. Y ustedes dos dan excelentes propinas. Soy Jaqueline.
— Vaya, ¡es verdad! Hasta te coqueteé... —Patricio dijo reconociéndola y soltó una carcajada—. Pero sin el maquillaje y con el pelo recogido y los lentes, te ves muy diferente.
— Sí. —Jaqueline asintió algo avergonzada—. Gracias por haber llamado, Sr. Mellendez.
— Mira, Jaqueline, confieso que cuando me diste tu teléfono pensé que estabas coqueteando conmigo. Pero ahora, estoy curioso. —Dije sentándome.
— Sr. Mellendez, trabajo en el consultorio porque necesito el sueldo, pero sinceramente el Dr. Valério es un hombre sin escrúpulos y me parece un absurdo lo que están haciendo con usted. Sobre todo porque siempre he visto, allá en el Club Social, que usted no soporta a Ana Carolina, de hecho nadie la soporta. —Jaqueline dijo y Patricio se echó a reír.
— ¿Y qué están haciendo, Jaqueline? —Pregunté.
— Su prometida no está embarazada. Aquel día en el consultorio fue todo una farsa. El doctor puso el video del ultrasonido de otra mujer para que usted lo viera. Y haría esto en todas las consultas, hasta que usted ya estuviera casado y Ana Carolina fingiera que abortó. —Jaqueline contó todo.
— Dios mío, cada vez es peor. —Dije cerrando los ojos.
— Y le voy a decir una cosa más, quien lo recomendó a Ana Carolina fue su secretaria Celeste. —Jaqueline lo sabía todo—. Escuché la conversación de los tres en el consultorio un día antes de la supuesta consulta a la que usted fue. Él es un estafador, no sé cómo sigue siendo médico.
— Ah, pero dejará de serlo, Jaqueline. —Aseguré.
— Sr. Mellendez. Solo una cosa más. ¿Conoce a Rosa, la secretaria del Club Social? —Jaqueline preguntó.
— Sí, ¿qué pasa con ella?
— Ella me contó que Leila, la gerente de personal, es muy amiga de Celeste y le cuenta todo, siempre que usted llega ella llama a Celeste para contarle que usted está allí.
— Así que es así como ellas se enteran... —Patricio comentó.
— Y Rosa escuchó una conversación entre las dos. Y Celeste decía que tiene contactos en todos los lugares que usted frecuenta o donde su empresa tiene alguna relación, así ella se entera de muchas cosas, incluso cosas muy personales.
— Dios mío, ¡qué estúpido he sido! —Comenté, estaba hasta mareado con tanta información que estaba descubriendo.
Conversamos un rato más allí y al final le dejé una tarjeta a Jaqueline diciéndole que me buscara, que le ofrecería un puesto de trabajo. Era lo mínimo que podía hacer, ya que ella rechazó cualquier pago por la información. Además, tener personas de confianza en mi empresa era la meta.
Cuando salimos del café, quería estrangular a Ana Carolina y a Celeste. Entonces Rick llamó y dijo que ya había localizado al mesero y tenía un plan para acorralarlo. Volvimos rápido a la oficina.



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