Jefe Irresistible: Rendida a su Pasión (de Maria Anita) romance Capítulo 158

Lo siguiente que recuerdo es despertar de un salto en el sofá de la oficina de Alessandro. Miré alrededor y Samantha estaba sosteniendo mi mano, doña Margarida entraba con una bandeja de té, Patricio hablaba nervioso por teléfono, Rick también estaba con el celular y Alessandro gritaba desesperado a Danilo, el jefe de seguridad.

— Alessandro, despertó. —Samantha lo llamó y él vino rápidamente.

— Mi ángel, ya notifiqué a la policía. Lygia y las chicas ya vienen en camino. Parece que Denis y Daniel eran los traidores. Los dos desaparecieron. —Alessandro lloraba mientras me ponía al día—. También le pedí al Dr. Molina que viniera a verte.

— Alessandro, mi hijo, es solo un niño pequeño... —estaba en pánico.

— Lo encontraremos a salvo, mi ángel. Lo haremos. —Alessandro dijo mirándome a los ojos—. Necesito que te mantengas tranquila por nuestro bebé en tu vientre, pero no quiero quitarte los ojos de encima. Déjame que yo me encargue de encontrar a Pedro.

— Este no te dormirá, hija, pero te calmará. —Doña Margarida me ofreció el té.

No tardó mucho y la oficina de Alessandro estaba llena. Melissa, Virginia y Taís llegaron con Heitor. Nando llegó junto con su tío y Lygia. Lygia estaba en shock, lloraba y me pedía perdón. El Dr. Molina me examinó y me dio un relajante.

— Cata, este medicamento es solo para mantenerte tranquila. Estoy preocupado por tus oscilaciones de presión. Eso no es bueno para tu embarazo. —Dr. Molina explicó—. Deberías ir a casa y descansar.

— De ninguna manera. Quiero saber lo que descubran sobre mi hijo. —fui categórica.

— Pero esta oficina está muy agitada. Eso va a alterarte. —el médico insistió.

— Mi ángel, ve a la oficina de Patricio con las chicas. En un rato iré a verte y prometo que te daré toda la información. —Alessandro dijo sosteniendo mi rostro—. Enviaré a Lygia a nuestra casa, está muy nerviosa y necesita reposo por el golpe en la cabeza y Jorge la cuidará allí.

Me levanté y le dije a Lygia que se calmara, que no era su culpa. El Dr. Molina me ayudó a ir hasta la oficina de Patricio y acostarme, luego volvió a la oficina de Alessandro diciéndoles a las chicas que lo llamaran si lo necesitaban. Las chicas se sentaron y comenzamos a conversar, les conté sobre la casa y lo felices que estábamos y sobre la llamada de Lygia. Samantha fue a la recepción a cancelar todos los compromisos de las agendas de Patricio y Alessandro y a recibir a las personas que llegaban.

Alencar entró en la oficina y vino hacia mí, con un semblante triste, me dijo:

— Hija, ¡perdóname! No pensé que esto pudiera suceder, confié en el equipo de seguridad.

— Alencar, no es tu culpa. Nadie podría haber imaginado esto. —Intenté tranquilizarlo.

— Ah, hija, debería haberlo previsto, con la magnitud de lo que están haciendo aquí, debería haberlo anticipado. Haré todo para ayudar a encontrar a Pedro. Mariana ya consiguió un vuelo, embarca en un rato, llega de madrugada. Pidió que te dijera que estará contigo pronto. —Me reconfortó saber que Mari estaba viniendo.

Alencar besó mis manos y salió. Poco después Rick entró con una bandeja y la colocó en mi regazo.

— Sé que es difícil y que probablemente no tienes hambre, pero necesitamos cuidar de tu bebé también. El Dr. Molina dijo que te alimentaras. Haz un esfuerzo.

— Ah, Rick, gracias. Sí, voy a comer algo, tengo que estar fuerte por mis dos hijos. —Dije realmente dispuesta a comer, no podía ser irresponsable con mi embarazo y mi salud.

— Chicas, montamos un brunch en la recepción, por favor, ¡aliméntense! ¿Quieren que les prepare bandejas? —Rick preguntó a las chicas.