La Doctora que Destruyó su Imperio romance Capítulo 28

Brenda yacía rígida sobre la cama, sin atreverse a moverse ni un milímetro.

Al recordar los detalles de la noche anterior, sentía que el rubor le subía tanto que parecía que su cara iba a arder.

¿De verdad había pasado algo tan absurdo?

¿Será que después de tanto tiempo sintiéndose sola, su cuerpo terminó traicionando a su propia razón?

Solo de pensarlo, sentía como si le abrieran un hueco enorme en el pecho.

Conocía a Joel desde hace diez años. Fueron novios durante siete y casados ya tres. Pero, en realidad, nunca habían dormido juntos.

Parecía una locura contarlo.

Joel siempre se mostraba con una actitud distante y altiva frente a ella. Cuando empezaron a salir, Brenda era muy joven e ingenua; creía que tomarse de la mano era la mayor muestra de cariño entre una pareja.

Ni siquiera en la noche de bodas pasó nada, porque Joel llegó bien borracho. Tampoco después, ya que Joel se la pasaba metido en el trabajo y, casi siempre, dormía en la oficina.

Nunca hubo esa cercanía que se espera entre esposos.

Eventualmente, Brenda decidió dedicarse al hogar, pero notó que todos ya se habían acostumbrado a esa rutina tan extraña.

No era que Brenda no notara que su relación tenía un gran problema.

Incluso, en varias ocasiones, se armó de valor y tomó la iniciativa, pero Joel siempre le respondía que estaba demasiado cansado por el trabajo.

Joel fue su primer amor, ella no tenía experiencia. Después de ser rechazada varias veces, simplemente dejó de intentarlo.

A veces llegaba a preguntarse si Joel tenía algún problema. Quiso platicar con él sobre el tema en distintas ocasiones, pero Joel siempre evitaba la conversación.

Brenda, por cuidar su orgullo, nunca insistió.

Como nunca había vivido la intimidad de pareja, tampoco le daba mucha importancia, pensaba que lo más importante era que se amaran de verdad.

Incluso llegó a pensar que, si algún día querían tener hijos, podrían recurrir a un tratamiento de fertilidad.

Pero ahora, Brenda sentía que por fin entendía la razón.

Joel no la amaba, así que no le interesaba en lo más mínimo.

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