Entrar Via

La esposa misteriosa escondida detrás de él romance Capítulo 46

Hipólito no lo pensó demasiado y estaba encantado de que la colaboración con Ariadna no se cancelara.

—Eso es excelente, es excelente. Sol, deprisa, agradécele al señor Navarro.

Ariadna lo miró fijo ya que él solo la llamaba «Sol» cuando era útil, pero cuando no lo era, la llamaba «Ariadna», lo cual era un claro contraste. Ella se volvió hacia Valentín y se vio obligada a decir:

—Gracias.

-No es nada, todo lo contrario, yo debería agradecerle a la señorita Morales por colaborar con nosotros -dijo Valentín y continuó hablando con Hipólito-: Me gustaría hablar con la señorita Morales en privado sobre los detalles de la colaboración. Señor Sandoval, por favor, siga a mi personal a la otra sala para firmar el contrato.

—Claro, por supuesto. Tómese su tiempo.

Hipólito siguió al personal a la sala de reuniones de al lado para firmar el contrato con una sonrisa. En ese momento, en la sala de reuniones quedaron Valentín y Ariadna. Ella se mordió los labios y rompió el silencio.

-Lamento que tengas que ver a mi padre así...

—No hiciste nada malo, ¿por qué te disculpas?

Ariadna lo miró, su mirada era sombría y ella no percibía ni una pizca de desdén ni sarcasmo en sus ojos. Él protegió su dignidad, por lo que ella frunció los labios y dijo:

—Gracias...

Valentín señaló el asiento junto a ella y dijo:

—Ya no agradezcas ni pidas disculpas. Toma asiento, hablemos de negocios.

-De acuerdo. -Ariadna apartó la silla y se sentó.

Se sentaron cerca, uno frente al otro, incluso podía ver las pestañas de Valentín con claridad. Él sacó un contrato y

dijo:

—El café Ocaso es un proyecto importante para nosotros este año. Mañana comenzaremos las campañas de publicidad y mercadotecnia. Es posible que tu tarea de rodaje sea difícil durante los próximos días. Esta es tu agenda de la semana; échale un vistazo.

Ariadna tomó la apretada agenda y, además de las tareas de rodaje, había una serie de trabajos como transmisiones en directo y ceremonias de inauguración. Lo miró minuciosamente y asintió con la cabeza.

«A pesar de que mi madre falleció, era cierto que ella e Hipólito estaban casados. Si mi padre biológico no fuera Hipólito, ¿quién más podría ser?»

-Quizás deberías hacerte una prueba; no te pareces en nada a tu padre.

Ariadna guardó silencio. Sin duda Hipólito era muy diferente a ella en cuanto a apariencia y personalidad; sin embargo, jamás pensó que Hipólito no fuera su padre biológico. No obstante, sin percatarse, desde que Valentín lo había mencionado, se le plantó la duda en la mente. Ella salió de la sala de reuniones mientras que Hipólito abrazaba el contrato firmado como si fuera su hermoso bebé.

-Permítanme acompañarlos. -Valentín hizo un gesto con la mano.

Hipólito lo saludó deprisa.

—Me siento bastante honrado de que el señor Navarro firme el contrato en persona. ¿Cómo podría molestarlo para que nos acompañe?

-Este proyecto es muy importante para Grupo Navarro, por lo que seguiré adelante con él en persona —respondió Valentín sin cambiar su expresión.

La persona a cargo detrás de él se quedó estupefacta al escucharlo. ¿Cómo el café Ocaso podía compararse con los otros proyectos que tenía Valentín? La persona a cargo miró a Ariadna con complicidad; sentía que quizás había descubierto un impactante secreto.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La esposa misteriosa escondida detrás de él