La Exesposa Millonaria Bajo el Velo romance Capítulo 18

Ramón abrió los ojos de par en par.

—¿Hermano, Nora?

Los tres pequeños se miraron de arriba abajo, notando de inmediato que todos llevaban el mismo plan en mente.

—¿También ustedes van a rescatar a mamá? —preguntaron al unísono.

Valentín se dio una palmada en la frente.

—Definitivamente, todos somos hijos de la misma mamá.

Nora asintió con determinación.

—Mamá fue secuestrada por ese papá malo, ¿cómo voy a quedarme cruzada de brazos?

Ramón no pudo estar más de acuerdo.

—Eso, eso, ¡no podemos quedarnos sin hacer nada!

Valentín soltó un suspiro resignado. Él había planeado ir solo, pero viendo la determinación en los ojos de sus hermanos… Ni modo, tendría que llevarlos consigo.

—Ustedes dos, no se me despeguen, ¿eh?

Nora asintió como si le fuera la vida en ello.

—Sí, sí, Nora es la más obediente, te lo prometo.

...

Mientras tanto, Karla había sido llevada a la fuerza por Bastián hasta la suite presidencial de un lujoso hotel.

Apenas escuchó la puerta, Tamara salió entusiasmada.

—¡Bastián, por fin volviste…!

Pero sus palabras se ahogaron en su garganta al ver a la mujer que estaba junto a él.

—¿Karla?

Era Karla, la misma que había desaparecido hacía cinco años. Tamara no podía creer lo que veía.

Karla levantó la mirada, y al encontrarse con Tamara, su expresión cambió y su cara se endureció.

El recuerdo de aquel día la golpeó con fuerza: cuando su madre falleció, Tamara se apareció en el funeral usando un vestido rojo, y le dijo, con toda la intención de herirla, que Bastián no había ido porque estaba con ella, cuidando de su madre.

Karla sabía que Tamara había hecho todo eso a propósito, buscando lastimarla justo cuando más vulnerable estaba. Pero en ese entonces, entre la muerte de su madre y el dolor de descubrir la verdad sobre su matrimonio, Karla se desmoronó. No pudo controlar sus emociones, y aunque sabía que Tamara solo quería hacerle daño, terminó cayendo en su trampa: se divorció y se marchó.

Seguro que Tamara disfrutó cada segundo de su sufrimiento.

Un escalofrío recorrió a Karla.

—Bastián, ¿qué hace Karla aquí? ¿Saliste tan apurado hace rato por ella?

Tamara no pudo ocultar su rabia y su voz tembló.