La Heredera del Poder romance Capítulo 1015

Luisa probablemente fue la persona en este mundo que, aparte de ella misma, más pensaba en Luna.

Ella, al igual que yo, esperaba poder encontrar a Luna.

La mirada de Luisa recorrió los rostros de todos, esbozando una sonrisa fría y apenas perceptible.

Idiotas.

¡Todos eran unos idiotas!

¿Acaso estos tontos no sabían que si uno expresaba su deseo de cumpleaños en voz alta, no se haría realidad?

¿Paulina esperaba encontrar a Luna?

¡Tal vez en la próxima vida!

¡No! ¡Ni en su próxima vida debería tener la esperanza de encontrar a Luna!

"Gracias, Luisa", la tía Paulina la abrazó. "Pero tu tía no necesita que sacrifiques diez años de tu vida, si pudiera encontrar a Luna, estaría dispuesta a darlo todo, incluso toda mi vida".

Al ser madre, la tía Paulina daría todo por Luna.

Luisa levantó sus manos para abrazar a la tía Paulina y dijo con la voz ronca: "Tía, yo también espero que Luna regrese cuanto antes, creo que algún día volverá para cuidarte en tus últimos años".

¿Cuidarla en sus últimos años?

¡Paulina los había hecho esperar durante muchos años solo para terminar mal!

Pensando en esto, los ojos de Luisa destellaron con un brillo frío.

"Sí", la tía Paulina asintió. "Creo que mi Luna volverá, ella tiene que volver".

Después de un momento, la tía Paulina recuperó la compostura y soltó a Luisa.

Ésta sopló las velas del pastel y luego comenzó a repartir los pedazos.

El pastel que compró Mónica no era grande, costó 90 dólares, era un pastel con crema de queso, dulce pero no empalagoso.

Luisa probó un bocado simbólicamente y luego no volvió a comer.

Este tipo de cosas baratas podrían arruinarle el estómago.

"Luisa, ¿por qué solo comiste un bocado?" preguntó Mónica, algo confundida.

Luisa sonrió y dijo: "Últimamente estoy a dieta, no puedo comer cosas muy dulces, de lo contrario todo el tiempo que he dedicado para cuidarme habrá sido en vano."

"Oh", asintió Mónica.

La tía Paulina entonces dijo: "También te preparé sopa de fideos para la longevidad, ahora voy a traértela".

Luisa respondió con una sonrisa: "Genial, me encantan los fideos que haces tú misma."

Poco después, la tía Paulina trajo la sopa de fideos.

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