Esas palabras impactaron tanto a Laura e Iván.
Tomás ya tenía treinta y dos.
Si no podía vivir más allá de los treinta y cinco, eso significaba que le quedaban pocos años de vida.
Al escuchar esa frase, Laura se puso pálida, agarró la mano de Gabriela y dijo. "¡Señorita Yllescas! Por favor, tiene que salvar a nuestro Tomás."
Gabriela continuó diciendo: "Señora, si no sacamos al traidor de la casa, ni siquiera Hipócrates podría salvar al señor Limón."
Iván frunció ligeramente el ceño y dijo, "Señorita Yllescas, ¿está sugiriendo que tenemos un traidor en la familia y que la enfermedad de Tomás ha sido provocada?"
Gabriela asintió.
Desde el principio, Gabriela había sentido que la enfermedad de Tomás era extraña.
El mal de Al Saaidi era muy raro.
Y después de ver a Karina ese día, estaba aún más convencida de su sospecha.
¡Definitivamente había algo turbio en Karina!
En ese momento, Laura también empezó a darse cuenta y se sobresaltó, "¡Quién está tratando de hacerle daño a Tomás!" Preguntó.
Gabriela respondió con calma diciendo, "La persona que más se iba a beneficiar de la enfermedad del señor Limón, ese es el traidor."
Laura arrugó el ceño con fuerza.
En la familia Limón solo quedaban cinco personas.
Ni ella ni Iván harían daño a su propio hijo.
Entonces...
Solo quedaban Karina y Anita.
Iván también llegó a esa conclusión, "¿Podrían ser Karina y Anita?"
El rostro de Laura se puso pálido.



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