La Heredera del Poder romance Capítulo 456

En ese momento, David pareció recordar algo al instante. "Yoli, tú conoces a Vicente, ¿verdad? La última vez incluso te invitó a la fiesta de la vieja señora Solos, quizás..."

Vicente rara vez aparecía en eventos sociales.

A sus 29 años todavía no se había casado.

Yolanda fue la primera mujer a quien Vicente había invitado personalmente.

Eso significaba que para él, Yolanda no era una mujer cualquiera.

¿Buscar a Vicente?

Yolanda frunció ligeramente el ceño, ¿acaso no sería eso buscar su propia perdición?

Sin embargo, las palabras de David le habían dado una pista.

¡Además de Vicente, podía buscar a Roberto!

Había estado tan ansiosa que se olvidó por completo de ese Roberto.

Roberto se había mostrado como un aliado, seguramente no la dejaría en la estacada.

Con este pensamiento, Yolanda esbozó una leve sonrisa. "Papá, puedo buscar al Sr. Roberto".

"¿Sr. Roberto?" preguntó David con confusión. "¿Cuál Sr. Roberto?"

Yolanda continuó: "El Sr. Roberto que viene de Ciudad Real".

David abrió los ojos con cierta incredulidad. "Yoli, ¿te refieres al Sr. Roberto que está con Sr. Sebas?"

"Así es, él mismo." Yolanda asintió con la cabeza.

David ya había oído a Yolanda decir que se casaría con el Sr. Sebas.

Con el tiempo que había pasado, David pensó que esa posibilidad se había esfumado.

¡Pero qué sorpresa!

¡Yolanda había logrado que Roberto la favoreciera!

Siendo Roberto un amigo íntimo del Sr. Sebas, si Yolanda había conquistado a Roberto, conquistar al Sr. Sebas sería pan comido.

David pensó que tarde o temprano se convertiría en el suegro del Sr. Sebas.

Con este pensamiento, una sonrisa volvió a cubrir su rostro.

¡Excelente!

¡Realmente excelente!

¡Demasiado bueno para ser verdad!

Una vez que Yolanda se casara con el Sr. Sebas, no sólo hablarían de Capital Nube, sino que incluso Ciudad Real tendría que compartir sus riquezas con la familia Muñoz.

Yolanda subió a prepararse, se cambió el traje de negocios por un maquillaje discreto, se puso un vestido de seda ligero y aéreo, y se preparó para tener un encuentro casual con Roberto.

Roberto podía parecer un donjuán, pero en realidad valoraba mucho las obras de caridad.

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