La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 246

Justo cuando Petra estaba a punto de dar un paso para irse, una voz sorprendida resonó no muy lejos.

—¿Petra? ¿Joaquín?

Petra volteó hacia donde provenía la voz y vio a Cecilia acercarse corriendo hacia ellos.

Joaquín también miró en esa dirección.

Petra notó con claridad la tensión en los ojos de Joaquín, e incluso cuando Cecilia llegó hasta ellos, él hizo todo lo posible por evitar cualquier contacto.

Cecilia llegó primero junto a Petra, tomándola del brazo y le susurró:

—¿Tú y Joaquín se pelearon?

—¿Pelear? Para nada, lo que pasa es que él quiere secuestrarme —contestó Petra sin quitar el brazo del de Cecilia y mirando a Joaquín con una mirada dura, como si lo retara.

Finalmente, Cecilia posó sus ojos en Joaquín y no pudo evitar fruncir el ceño.

—Joaquín, tú...

Justo cuando estaba a punto de soltarle una regañada, notó el vendaje manchado de sangre en la frente de Joaquín. Una expresión de asombro se asomó en su rostro; soltó la mano de Petra y se acercó a Joaquín.

—¿Qué te pasó? ¿Por qué estás herido?

Joaquín esquivó su intento de tocarlo, apretando el ceño, y le lanzó una mirada de advertencia.

Cecilia se quedó parada, sorprendida por la actitud defensiva de Joaquín. Mordió su labio con fuerza y sus ojos mostraron un destello de tristeza, pero pronto controló sus emociones y se giró hacia Petra.

—Petra, seguro que Joaquín solo está muerto de miedo de perderte, por eso hizo una tontería.

—Después de tantos años juntos, no hay problema que no puedan superar. Hoy yo invito, ¿por qué no comemos los tres y arreglan sus diferencias? Petra, hazme ese favor, ¿sí?

Petra esquivó la mano de Cecilia que intentaba tomarla de nuevo y, imitando su sonrisa, le respondió con una expresión igual de falsa.

—Cecilia, no es que no quiera complacerte, pero la verdad hoy ya tengo un compromiso. Además, no tengo nada que hablar con él. Mejor ayúdame a hablarle a él, dile que ya deje de molestarme.

—Y si la próxima vez vuelve a intentar forzarme, no va a salir tan barato como esa herida en la frente.

Los ojos de Cecilia se abrieron un poco más, sorprendida.

Ella pensaba que Petra y Joaquín solo habían discutido en la calle, pero nunca imaginó que Joaquín le había intentado hacer algo a la fuerza y por eso Petra reaccionó.

—Si no fuera porque eres tan buena con ella, pensaría que el señor Joaquín tiene otra y tú la descubriste.

Petra chasqueó los dedos.

—Pues adivinaste.

Fabiola se quedó pasmada, sin creer que su comentario había dado justo en el blanco.

—¿Y por qué eres tan buena onda con ella?

Petra se encogió de hombros y sonrió.

—Pues estamos actuando, ¿no? Echando el show. Al final, fuimos compañeras de escuela, hay que quedar bien.

Fabiola solo pudo levantar el pulgar hacia Petra.

—Eres la mejor.

—Mira que para soltar y dejar ir, nadie te gana.