La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 249

Hasta que el chofer encendió el carro y se alejaron del restaurante, Petra por fin levantó la cabeza del pecho de Benjamín y, con sumo cuidado, preguntó:

—¿Estás seguro de que no me vieron hace rato?

Su plan estaba a punto de salir perfecto. En cuanto ayudara a Benjamín a quedarse con el ochenta por ciento de las acciones de Nexus Dynamics, podría regresar a San Miguel Antiguo.

En un momento tan crucial, Petra no podía permitirse el mínimo error.

Benjamín notó el nerviosismo pintado en su cara; en el fondo, una sombra de fastidio cruzó por sus ojos.

Con el ceño fruncido, retiró la mano y soltó a la mujer que tenía entre sus brazos.

—No lo sé.

El corazón de Petra dio un vuelco.

Maldita sea, ¿y si sí la habían visto?

Sabía que ese grupo de viejos zorros era experto en moverse sin levantar sospechas, siempre listos para manipular las cosas desde las sombras.

Benjamín apretó la mandíbula y se recargó en el asiento. Sus ojos negros, profundos como la noche, guardaban una pizca de desdén.

—¿Te da tanto miedo que alguien nos vea juntos?

Petra asintió de inmediato.

—Claro que sí. Ahora mismo estamos en plena guerra de nervios, y no podemos dejar que Joaquín se dé cuenta de nada.

Benjamín la miró con seriedad.

—Aunque se entere, ¿qué? ¿A poco se va a atrever a enfrentarse conmigo?

Petra se quedó callada.

Sí, sonaba fácil decirlo, pero eso solo haría que todo se alargara más de lo necesario.

Ella solo quería terminar rápido con este asunto y regresar a San Miguel Antiguo.

Al ver que Petra no respondía, Benjamín pasó el brazo por su cintura y, sin pensarlo, la atrajo de nuevo hacia él.

—No me digas que todavía piensas regresar con Joaquín.

El rostro de Benjamín se acercó tanto que Petra podía sentir su aliento cálido rozándole la piel. La voz de él, baja y grave, la envolvía con cada palabra, los labios casi rozando los suyos.

Petra se quedó rígida, incapaz de moverse, sintiendo cómo el aroma fuerte del alcohol que emanaba de Benjamín le nublaba los sentidos. Sentía cómo cada célula de su cuerpo vibraba de la emoción.