La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 253

Cuando Petra salió del cuarto, tenía la cara llena de fastidio. Benjamín ya estaba sentado en la mesa, esperándola con calma.

Al verla, la llamó con la voz tranquila.

—Ven, vamos a desayunar primero.

Petra soltó un suspiro profundo, resignada, y se acercó para sentarse frente a él.

Benjamín, sin perder el ritmo, sacó de un costado el celular más nuevo que había salido y lo puso sobre la mesa, deslizándolo hasta dejarlo frente a ella.

—Perdón por lo de anoche, me pasé de copas.

Petra apretó los dientes por dentro y contestó:

—Lo importante no es el celular, sino toda la información y los datos que tenía.

Benjamín levantó la mano, señalando el aparato.

—Revisa el celular.

Petra lo tomó, dudosa. Al desbloquearlo, vio que todo lo que tenía en su antiguo equipo estaba ahí: datos, fotos, contactos, hasta el fondo de pantalla era el mismo. La tarjeta también ya estaba colocada.

Se quedó unos segundos sin decir nada, procesando lo que veía.

—¿Fuiste tú el que fue a recogerlo en la mañana?

Benjamín, mientras cortaba su bistec, respondió con la voz sin emoción:

—¿Crees que necesito hacerlo yo personalmente?

Petra se quedó callada.

Bueno, ese pequeño momento de emoción que sintió, como si le hubieran encendido una velita adentro, se apagó de golpe.

Solo murmuró un “ah”, y ya iba a usar el cuchillo y tenedor para empezar con su desayuno cuando Benjamín, sin decir nada, empujó el plato con el bistec ya cortado hasta ella, y tomó para sí el que no estaba cortado.

Petra apretó el cuchillo y el tenedor, mirando a Benjamín con sospecha.

¿Tan buena onda de repente? ¿No le estaría poniendo algo raro a la comida?

Benjamín notó su mirada inquisitiva, tomó la leche, dio un sorbo y habló con indiferencia.

—¿No tienes hambre?

—Sí tengo, pero me da miedo —le contestó Petra.

Benjamín soltó una risita desdeñosa.

—¿Y anoche cuando compartimos cuarto, ahí sí no te dio miedo?

Petra, sin rodeos, respondió: