Petra fue escoltada fuera del cuarto de escape por el personal, y lo primero que vio fue a un hombre vestido con ropa deportiva negra, que la observaba desde no muy lejos con el ceño fruncido.
Al verla salir sana y salva, los ojos de Benjamín destellaron un instante, aunque trató de ocultarlo.
Petra le dedicó una sonrisa apenada.
En el fondo, sabía que por haberse separado de él había arruinado su experiencia en el juego.
Benjamín, viendo la expresión culpable de Petra, levantó la mano y le dio un suave toque en la frente.
—¿De verdad lograste perderme? Eso sí que tiene mérito.
Petra apretó los labios y, en voz baja, murmuró:
—¿Podemos jugar otra vez? Esta vez te juro que no me voy a distraer y me quedaré a tu lado todo el tiempo.
Ahora sí que el juego le había parecido fascinante; el diseño y la forma en que aprovecharon el espacio la habían atrapado por completo.
Benjamín no respondió enseguida. Solo la observó desde su altura, sin apartar la vista.
Petra le sostuvo la mirada, con súplica dibujada en los ojos.
—Por favor, Benjamín. De verdad me interesa mucho este juego.
Sus ojos, grandes y brillantes como los de un venado, no se despegaban de Benjamín.
El hombre, que había mantenido su expresión seria, dejó entrever un destello de ternura antes de asentir con la cabeza.
Esta vez, Petra no se separó ni un paso de Benjamín.
Sin embargo, de vez en cuando alguna parte del escenario lograba captar su atención y, en cuanto intentaba alejarse, él la tomaba de la mano y la acercaba de nuevo, decidido a no dejar que se perdiera otra vez.
Petra, mirando su mano entrelazada con la de Benjamín, levantó la cabeza para verlo y dijo:
—Solo quería ver si, por accidente, activaba otro mecanismo y aparecía algún otro escenario secreto.
Benjamín, al escucharla, no tuvo más remedio que dejarla curiosear, aunque no soltó su mano ni un segundo.
Al llegar al final, Petra todavía sentía que le faltaba más.
No paró de platicar con Benjamín sobre todos los detalles del juego que le habían llamado la atención.
Benjamín la escuchaba con atención, bajando la mirada de vez en cuando.
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