La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 390

Sin embargo, la casa seguía en plena remodelación y cada día entraban y salían decenas de obreros. La dueña había rechazado su solicitud de entrada, y Petra solo pudo pensar en una razón lógica para ello: tal vez temía que se arrepintiera y quisiera llevarse los libros que había dejado en la casa.

Petra no tuvo más remedio que asegurar, una vez más, que bajo ninguna circunstancia sacaría de ahí los libros que había prometido dejar.

En esta ocasión, la respuesta de Sr. Baeza fue tan escueta como tajante.

[No se puede.]

Le negó el acceso a la casa, así Petra fuese todo lo cortés y amable posible.

Sentada en su carro, Petra soltó un suspiro, cansada.

No fue hasta que el cielo se tiñó de oscuro que se animó a arrancar el carro y dirigirse en dirección a la casa.

Había pasado tanto tiempo viviendo allí, que los guardias de la entrada la reconocían de inmediato.

Por eso, Petra pudo entrar con facilidad al fraccionamiento.

Estacionó su carro justo frente a la casa. En la puerta, un letrero grande advertía que la propiedad estaba en remodelación y prohibía el acceso.

Petra levantó la mano y apoyó los dedos en el panel del candado electrónico. Probó la clave que ella misma había puesto cuando vivía ahí, contuvo la respiración y presionó el botón para desbloquear.

Tal como sospechaba, la clave resultó incorrecta.

Apretó los labios, frustrada, y se quedó mirando el enorme árbol que crecía en una esquina del muro. No le quedó de otra que intentar entrar por ahí.

En ese momento, agradeció infinitamente el haber insistido con la administración para que no lo talaran. Si no fuera por ese árbol, hoy no habría manera de colarse a la casa.

Petra no era fanática del ejercicio, mucho menos de las acrobacias. Después de varios intentos fallidos y resoplidos, logró encaramarse al árbol.

La barda, de dos metros y medio de altura, se veía altísima desde ahí arriba.

Por si fuera poco, para poder trepar con más facilidad, Petra se había quitado los tacones y los dejó a un lado.

Al mirar hacia abajo, notó una capa de piedritas afiladas al pie del muro.