La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 505

Petra levantó la mirada y se topó de frente con la mirada profunda de Benjamín.

Benjamín, al notar su reacción, habló con voz tranquila.

—Dilo tal cual lo pienses.

Petra, tras escuchar eso, se quedó pensando unos segundos y murmuró en voz baja:

—Hay que cambiar de gente, atrapar a quien nos está traicionando desde dentro.

Apenas terminó de hablar, la puerta de la oficina de Benjamín se abrió desde afuera.

Petra frunció el ceño y giró la cabeza hacia la entrada.

Un hombre vestido con una camisa floreada y un saco gris claro estaba parado en el umbral. Su expresión era despreocupada, con una sonrisa algo altanera; sus ojos se posaron en Petra, la recorrió de arriba a abajo, y luego le dirigió una sonrisa a Benjamín, quien seguía sentado tras su escritorio.

—Hermano, ¿cómo que viniste al Estado de Chavín y ni me avisaste? Hasta tuvieron junta hace rato y ni me llamaron. Al final de cuentas, yo también formo parte de la dirección de la empresa, ¿no crees?

Hablando así, entró con paso seguro, jaló la silla al lado de Petra y se sentó sin pedir permiso.

Ya sentado, alzó la cabeza para mirar a Petra, que seguía de pie, y se le escapó una sonrisa.

—Señorita, no la había visto antes.

—Hermano, ¿es la nueva secretaria? Vaya, tienes suerte.

La incomodidad cruzó el rostro de Petra, que frunció el ceño y se hizo a un lado, aumentando la distancia entre ambos.

Benjamín mantuvo su expresión seria y distante, sin mirar en ningún momento al recién llegado.

El hombre no se molestó, se recostó con flojera en el asiento, manteniendo su sonrisa burlona.

—Hermano, me dijeron que echaste para atrás la propuesta de Rodrigo, que te negaste a pagarle a esos del sindicato para que dejaran de armar escándalo.

—Tú sabes bien cómo están las cosas en el Estado de Chavín. Si con un poco de dinero podemos arreglar el problema, ¿para qué desgastarnos peleando con ellos? Es perder tiempo y energía.

Mientras escuchaba al hombre repetir “hermano” hacia Benjamín, Petra sentía una creciente confusión. Intentó recordar si tenía algún dato sobre esa persona, pero no encontraba nada en su memoria. Sin embargo, al observar sus facciones, notó un cierto parecido con Benjamín y frunció el ceño, intrigada.

Rafael Hurtado, viendo que Benjamín guardaba silencio, continuó hablando: