La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 609

La forma en que Agustín repetía la palabra «bastardo» hizo que el rostro de Paulo se contrajera.

Respiró hondo y, con la mirada fija en Agustín, dijo con voz grave:

—Suegro, digas lo que digas, Rafael es mi sangre. Y aunque te opongas de mil maneras, hoy vamos a inscribir el nombre de Rafael en el registro familiar de los Hurtado.

Agustín observó la expresión decidida de Paulo y sonrió con frialdad.

—Paulo, no has cambiado nada —dijo con voz grave.

Al escuchar a Agustín, Paulo bajó la cabeza, sintiéndose culpable.

La mirada de Agustín se apartó de Paulo y se posó en Tamara.

—En su día, el hombre que dormía a tu lado me prometió, con esa misma actitud decidida, que amaría y cuidaría siempre a nuestra Belén —dijo con un tono indiferente.

—Para ese entonces, tú ya estabas con él, ¿verdad? Señora Tamara, eres la mujer más paciente que he conocido. Tantos años a su lado, sin un título oficial. Ahora que tu hijo va a ser inscrito en el registro de la familia Hurtado, tu nombre sigue sin ser digno de aparecer en él.

Tamara se mordió el labio con fuerza, con la cabeza gacha, una expresión de tristeza en sus ojos.

Se inclinó aún más.

—Agustín, no me importa qué estatus tenga en la familia Hurtado.

—Mientras nuestro Rafael pueda volver con su familia, estaremos satisfechos. Y puede estar tranquilo, la presencia de nuestro Rafael no afectará en lo más mínimo a Benjamín.

—Al menos tienes conciencia de tu lugar —dijo Agustín con una risa burlona.

Rafael apretó los dientes, sentado en su silla, sintiéndose humillado.

Creció al lado de Tamara y Paulo, y gracias a la influencia de este último, aunque la gente supiera que era un hijo ilegítimo, nunca se atrevieron a faltarle al respeto.

Pensaba que su regreso a la familia Hurtado era un hecho, pero no esperaba que, al llegar, fuera a ser tan humillado.

Y lo peor era que Germán, sentado en el puesto principal, no decía una palabra, permitiendo que Agustín humillara a su madre de esa manera.

Finalmente, Rafael no pudo soportarlo más. Se levantó de su silla de un salto y dijo con voz grave:

—¡Pues que se queden con su registro familiar! ¡No necesito entrar en él!

VERIFYCAPTCHA_LABELVerificar