Quería volver con la familia Calvo, regresar al círculo al que pertenecía antes.
Y Benjamín era la figura más destacada de ese círculo, por lo que no quería dañar su imagen frente a él.
Ahora, al enterarse de que Benjamín sabía desde el principio que Jimena tenía cáncer, Emiliano esbozó una sonrisa incómoda.
—Con razón. Esa niña, Jimena, siempre ha sido muy sensata. Supo ser sincera para no preocupar a sus socios.
Petra, al ver la cara de Emiliano en ese momento, no pudo evitar encontrarlo ridículo.
—¿No acabas de decir que ibas a revelar la enfermedad de mi hermana?
Emiliano apretó los labios y dijo en voz baja:
—Petra, ¿seguro que oíste bien? Yo no dije eso, solo me preocupaba que, al no estar tu hermana en el Grupo Calvo estos días, alguien pudiera revelar la noticia.
Los ojos de Petra se llenaron de burla.
«Y pensar que este hombre es nuestro padre», pensó. «Qué risa».
***
Lionel Barrera había estado esperando a Emiliano en el carro, pero como tardaba en salir, no pudo evitar bajarse a buscarlo.
Cuando llegó a la entrada del edificio del Grupo Calvo desde el estacionamiento, vio a Emiliano con una sonrisa forzada hablando con Petra.
Junto a Petra había un hombre que le rodeaba la cintura con la mano de forma muy natural.
Como estaban de espaldas, Lionel Barrera no podía verle la cara.
Al ver la esbelta cintura de Petra sujeta por la mano de aquel hombre, un destello de celos cruzó su mirada. Se acercó y dijo con una sonrisa:
—¿Así que Petra ya cambió de novio otra vez?
Hizo hincapié en la palabra «otra» para dar a entender que Petra cambiaba de novio a menudo.
—La última vez que te vi, el que te acompañaba no era este, ¿o sí?
Después de hablar, Lionel Barrera levantó la vista y fue entonces cuando reconoció que el hombre junto a Petra era Benjamín.
Su rostro cambió de repente y se quedó paralizado en el sitio.
—Señor Benjamín…

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