La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 726

—Sí, señor.

Petra se detuvo un momento para mirar en dirección a Delfina, sin que su expresión delatara emoción alguna.

Ella también se había dado cuenta de que Delfina no les quitaba los ojos de encima.

Desde el momento en que Delfina cruzó la puerta, supo que Germán Hurtado probablemente la había enviado para vigilar cómo vivían ella y Benjamín.

La gente mayor siempre tenía esa necesidad de control, así que en realidad no le sorprendía.

Después de todo, el día anterior se había marchado sin permiso de la ceremonia familiar en la capilla de los Hurtado. Seguramente, la imagen que Germán tenía de ella ya estaba por los suelos.

Así que era lógico que el anciano enviara a alguien para vigilarla, para encontrar cualquier error y usarlo como pretexto para separarla de Benjamín.

Delfina notó la mirada de Petra y bajó la cabeza de inmediato para seguir recogiendo.

Entró rápidamente a la cocina, moviéndose con más agilidad que antes.

Petra apartó la vista y entró al vestidor.

—¿Hoy no vas a Grupo Calvo? —preguntó Benjamín.

—Hoy no —negó Petra—, pero mañana sí tengo que darme una vuelta.

Benjamín asintió y dijo con calma.

—Puedes ir cuando quieras. Si se te hace muy pesado estar en los dos lados, puedes dedicarte de lleno a lo de Grupo Calvo.

Una chispa de asombro cruzó los ojos de Petra. Esa actitud era muy diferente a la insistencia que Benjamín había mostrado antes por mantenerla a su lado.

Aunque la duda la invadió, se limitó a asentir.

—De acuerdo.

—Si necesito ir, te aviso.

Benjamín asintió, pareciendo satisfecho con su respuesta y sin mostrar ninguna molestia.

Llegaron juntos a la empresa. En cuanto Benjamín entró a su oficina, se sumergió en el trabajo.

Petra, por su parte, se ocupó de sus propias tareas.

A la hora del almuerzo, justo cuando llegaba el repartidor con la comida, Petra estaba en una llamada con Jimena Calvo.