Ella bostezó, entrecerrando los ojos mientras tomaba el celular para revisar quién le escribía. Resultó ser un mensaje de Renata.
[Petra, Joaquín anda borracho y se vino para acá. Ya no tienes que esperarlo.]
Al leer el mensaje, Petra solo pudo torcer la boca, sintiéndose de malas.
[Qué tal, la niñera gratis. No te vayas a cansar y termines perdiendo tus fichas en el juego, ¿eh?]
Tecleó la respuesta con rapidez, la envió y, sin pensarlo, bloqueó y eliminó a Renata de una vez por todas.
Renata, al ver la respuesta de Petra, respiró hondo y, llena de rabia, escribió una larga respuesta. Pero al enviarla, el sistema le avisó que la otra persona ya no aceptaba sus mensajes.
La frustración le subió a la cabeza, sin saber qué hacer con ese coraje atorado. Encima, tenía al lado al borracho de Joaquín murmurando una y otra vez el nombre de Petra, lo que la enfurecía aún más, hasta hacerle difícil respirar.
Un leve dolor en el vientre la hizo frenar en seco. Renata se alarmó y se apresuró a hacer varias respiraciones profundas para calmarse.
Su bebé no podía verse afectado. Ese era su mayor respaldo en la pelea con Petra.
...
Petra, por culpa del mensaje de Renata, ya no podía pegar el ojo.
Cerró los ojos y empezó a contar ovejas, pero mientras más contaba, más despejada se sentía.
El celular sonó otra vez.
Petra soltó una exhalación impaciente.
—¿Ahora qué quieren? Ya la bloqueé, ¿y todavía se atreve a escribir desde otro número?
Con el ceño fruncido, tomó el celular y abrió la notificación, solo para descubrir que era Benjamín quien le enviaba una invitación para jugar en equipo.
Petra se quedó sin palabras.
—¿A estas horas y todavía sigue despierto? ¿Y encima jugando?
Sabía que, incluso cuando estaba sobrio, su habilidad en el juego dejaba mucho que desear; ahora, después de tanto alcohol, seguramente sería peor.
Pero ya le había enviado la invitación, así que ignorarlo sería de mala educación.
[Sr. Benjamín, ¿mañana no tiene que trabajar?]
La respuesta llegó rápido.
[Mañana no tengo ningún compromiso especial. ¿Jugamos una partida?]
[¿De verdad puede sostener el celular después de tanto alcohol?]
Benjamín le mandó un sticker de un perrito enojado rascando el suelo.
Petra se quedó pasmada.
—¿Así de diferente puede ser? ¿Él también usa stickers?
Pero, apenas unos segundos después, el sticker fue eliminado.
[Vas a entrar, ¿sí o no?]
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