La Valiente Transformación de una Esposa Menospreciada romance Capítulo 6

El lunes por la mañana, la oficina de Grupo Vega zumbaba con la energía habitual de inicio de semana. El aroma del tinto recién hecho se mezclaba con el murmullo de las conversaciones y el tecleo de los computadores. Cualquiera que viera a Valentina Rojas entrar a las ocho en punto, con su impecable pantalón de paño y una blusa de seda, jamás habría adivinado la tormenta que había soportado durante el fin de semana.

Su rostro era una máscara de profesionalismo sereno. Saludó con un "buenos días" cortés a la recepcionista y caminó con paso firme hacia su oficina, ignorando las miradas curiosas y los susurros que se apagaban a su paso. El chisme sobre el discurso de Alejandro se había esparcido como pólvora.

Dentro de su oficina de paredes de cristal, dejó su cartera y se sentó frente a su escritorio. Durante dos días, había guardado el pendiente de serpiente en un cajón de su tocador, un recordatorio frío y metálico de su nueva realidad. No había confrontado a Alejandro. Sabía que una explosión emocional era exactamente lo que él esperaba y lo que la haría parecer débil. En cambio, había canalizado su rabia en una estrategia fría y metódica. Su campo de batalla, por ahora, sería el trabajo.

A las nueve, todo el equipo creativo fue convocado a la sala de juntas principal. En la agenda: el lanzamiento de un nuevo cliente, "Café Divino", una marca tradicional de café colombiano que buscaba modernizarse para atraer a un público más joven.

Valentina entró en la sala y tomó asiento. Alejandro presidía la reunión desde la cabecera de la mesa, con Isabella sentada a su derecha, actuando como la nueva estrella de la agencia.

—Como todos saben, "Café Divino" es una cuenta muy importante para nosotros —comenzó Alejandro, su tono de CEO resonando en la sala—. Es una marca con historia, con arraigo. Necesitamos una campaña que respete esa herencia, pero que también sea fresca y disruptiva. Isabella ha estado trabajando en unas ideas iniciales…

—"Café Divino" no es solo una bebida. Es el tinto que te tomas en la finca de tus abuelos en el Eje Cafetero. Es el olor que te despierta por la mañana. Es la excusa para "echar cháchara" con un amigo que no veías hace tiempo —dijo, su voz llenándose de una pasión genuina—. No estamos vendiendo cafeína, estamos vendiendo nostalgia. Estamos vendiendo la identidad de un país en un pocillo.

Habló durante diez minutos, sin notas, con un conocimiento profundo que iba más allá de cualquier brief de marketing. Describió el proceso del grano, la vida de los caficultores, el significado cultural del "tintico". Pintó un cuadro tan vívido y emocional que el equipo creativo, que minutos antes parecían aburridos, ahora estaba completamente cautivado, tomando notas febrilmente.

Cuando terminó, hubo un momento de silencio. Había demostrado, sin levantar la voz, que mientras otros jugaban a la política de la oficina, ella era la única que realmente entendía el corazón del negocio. Alejandro la miraba con una expresión indescifrable, una mezcla de irritación y un atisbo de respeto a regañadientes. Isabella, por otro lado, la fulminaba con la mirada, su sonrisa borrada por completo. La primera batalla de la semana acababa de ser ganada, y Valentina no había necesitado más arma que su propio talento.