Entrar Via

Matrimonio inesperado romance Capítulo 5

Al día siguiente, Josefina despertó temprano. Tenía poca ropa y de mala calidad que desentonaba sobremanera en el vestidor enorme y refinado. Se puso un vestido largo que había comprado el año anterior y un maquillaje sencillo. Cuando bajó las escaleras, Damián ya estaba sentado en el sofá esperándola, y ambos salieron de la mansión sin siquiera dirigirse la palabra.

—Perdí mi bono de presentismo por tomarme el día para visitar a su abuelo —musitó Josefina mirándolo con cautela.

—Son solo mil. —Para un empresario, ese monto no significaba nada, pero a ella le alcanzaba para vivir todo un mes. Mientras se enfurruñaba en silencio, la voz de Damián sonó de nuevo—: Haz feliz a mi abuelo hoy y te compensaré por el bono.

La mirada de la joven se iluminó de inmediato. Pronto el vehículo se detuvo frente a un edificio que resultó ser un centro comercial en lugar de un hospital. Confundida, preguntó:

—¿No íbamos a visitar a su abuelo?

Él le dirigió una mirada a su vestido y comentó sin tacto:

—Si él ve tu atuendo, pensará que la empresa está a punto de ir a la quiebra. Si no, ¿por qué mi esposa iría vestida con prendas tan antiguas? —Josefina no supo qué decir. «¿Este vestido es viejo? ¡Es una réplica de uno de los más destacados en la semana de la moda este año!», pensó, pero no se atrevía a contradecirlo, así que lo siguió y se metieron en una tienda de una marca de alta categoría. El hombre recorrió el negocio de manera casual, eligió algunos vestidos y se los arrojó en los brazos—. Pruébatelos.

Como si fuera un robot, Josefina tomó las prendas y entró en un probador de manera obediente. Miró las etiquetas con los precios y vio que el más barato costaba más de diez mil, lo que equivalía a su salario mensual completo. Era la primera vez que se probaba unos vestidos tan delicados, así que tuvo cuidado. Se probó casi todas las prendas, pero «el jefe», sentado en el sofá, no parecía estar conforme, así que, exhausta, depositó todas sus esperanzas en el último vestido, de color verde claro.

—Señorita, su novio tiene buen gusto —la elogió el empleado de la tienda al verla—. Le queda muy bien.

Damián, que estaba sentado mirando su teléfono, levantó la vista al oír el comentario. Observó a Josefina, que se estaba mirando en el espejo. Desde donde él estaba podía ver con claridad su cintura esbelta.

Capítulo 5 Su novio tiene buen gusto 1

Capítulo 5 Su novio tiene buen gusto 2

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio inesperado