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Mi Hija Llama Mamá a Otra romance Capítulo 16

A Candela no le pesaba tanto, después de todo, ella misma fue quien pidió el divorcio primero.

Lo que sí le preocupaba era cómo iba a contarle a su madre sobre el asunto.

Seguro se iba a poner furiosa.

Mientras pensaba en eso, un ladrido la hizo brincar del susto.

Se volteó de inmediato y, antes de poder ver bien, notó una sombra negra enorme lanzándose hacia ella.

El miedo la paralizó y terminó cayendo sentada en el piso.

Candela siempre había sentido un temor especial por los perros, y frente a esos grandotes se le encogía el alma.

Ahora, ese perro estaba a menos de medio metro de distancia, y podía escuchar su respiración agitada y fuerte...

Candela apenas podía articular palabra.

—¡Coco! ¡Regresa!

En ese momento apareció una chica con ropa deportiva y una coleta alta, deteniéndose justo frente a ellas.

El enorme rottweiler, al escuchar la voz, dejó de acercarse a Candela y corrió de vuelta junto a la chica.

—¡Qué bien te portas!

Zaira Muñoz se agachó un poco, le dio unas palmadas cariñosas a Coco en la cabeza y lo premió con un bocadillo.

Solo entonces Candela pudo recobrar el aliento. Parpadeó varias veces, intentando tranquilizarse.

—Vaya susto, ¿verdad?

Zaira se acercó y le ofreció la mano para ayudarla a ponerse de pie.

—Perdón, Coco y yo acabamos de regresar al país y aún no se acostumbra al ambiente. Salí a pasearlo, pero se me adelantó de pronto.

Candela forzó una pequeña sonrisa, solo por educación.

Pero el perro volvió a acercarse, como si quisiera jugar con ella.

Ver a ese animalón casi tan alto como ella la puso nerviosa de nuevo, sintió la piel erizársele.

Zaira soltó una risa leve.

—Tranqui, Coco es súper noble, solo que es un poco efusivo, sobre todo cuando le agrada alguien. Mira, solo quiere que juegues con él.

Diciendo eso, Zaira hizo un gesto para que Coco se acercara aún más a Candela.

Candela retrocedió dos pasos, poniendo más distancia entre ella y el perro.

—Mejor... mejor aquí nomás.

Pero para su sorpresa, Zaira y el perro se le pegaron.

—Viví mucho tiempo fuera con Coco, y esta vez regresé porque quiero pasar tiempo con mi familia, con mi hija y mi pareja.

Candela la miró un poco extrañada. Apenas se conocían y ya le estaba contando su vida.

Tal vez era porque después de tanto tiempo fuera, ver a cualquier paisano le parecía motivo de confianza.

Candela simplemente sonrió, sin agregar nada.

En ese momento, el celular de Zaira sonó.

Zaira miró la pantalla y contestó con una sonrisa.

—Estoy abajo, Coco se portó mal y asustó a alguien.

Del otro lado, alguien dijo algo que hizo que Zaira se sonrojara.

—Ya subo, quiero ver qué sorpresa me tienes preparada.

Terminó la llamada y entró al elevador junto con Candela.

Mientras esperaban a llegar, Zaira la miró de reojo y le dijo con una sonrisa.

—Es mi pareja. Para celebrar que regresé, me organizó una fiesta sorpresa. ¿Por qué no te animas a venir? Entre más, mejor el ambiente.

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