No Me Dejes, Aunque No Te Lo Mereces romance Capítulo 208

A pesar de todo, al final Johana sí contestó la llamada y preguntó con voz suave:

—¿Pasa algo?

Del otro lado, Ariel escuchó la voz de Johana, esa voz que siempre le resultaba tan agradable. Se acercó a la ventana que daba al patio, tomó la cajetilla de cigarros que había sobre el mueble, sacó uno y se lo puso en la boca.

Luego dejó la cajetilla, agarró el encendedor y prendió el cigarro.

Le dio una calada profunda, soltó una nube de humo que flotó perezosa, y preguntó:

—¿Sigues trabajando hasta tarde?

La voz de Johana sonaba tranquila y muy serena al otro lado de la línea:

—Ya me mudé.

Al siguiente instante, Ariel se quedó paralizado con el cigarro a medio camino, los dedos apretando el filtro, la mano inmóvil cerca de la boca.

Tardó un buen rato en reaccionar. Finalmente, levantó la mano y apagó el cigarro en el cenicero.

Ya no tenía ganas de fumar.

El cigarro, casi entero, terminó hecho pedazos en el cenicero. Ariel cambió el celular de mano, metió la izquierda en el bolsillo del pantalón y miró el patio con una expresión distante.

Al otro lado de la llamada, Johana notó el largo silencio de Ariel. Justo pensaba en colgar cuando él, mirando hacia el exterior con una sonrisa como si nada, soltó:

—Felicidades por tu nuevo hogar.

Y enseguida, bromeando, agregó:

—¿En dónde es? Pásame la dirección y paso a celebrar tu mudanza contigo.

Ariel había guardado silencio un buen rato, pero no se puso a la defensiva ni se alteró. Incluso bromeó con aquello de la celebración. Johana se sorprendió un poco.

Ella ya estaba lista para que él aprovechara cualquier pretexto para pelear.

Quizá, en el fondo, él tampoco quería vivir con ella desde hacía tiempo. Era ella la que se había aferrado a la Casa de la Serenidad, sin querer irse.

Caminando hacia la ventana, Johana cruzó los brazos y contempló la ciudad bajo la noche. Respondió:

—Gracias, pero no hace falta celebrar.

La actitud ligera de Johana hizo que Ariel sintiera ganas de explotar, de recordarle que todavía no estaban divorciados.

Pero después de tantos pleitos por el divorcio últimamente, Ariel decidió controlar su reacción.

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