No Me Dejes, Aunque No Te Lo Mereces romance Capítulo 279

En una sala privada, se escuchaba a todos comentar que Johana y Ariel se habían quedado toda la noche afuera del ayuntamiento. Decían que Johana había dormido en el carro, mientras Ariel no le quitó los ojos de encima ni un segundo.

Raúl se reía tanto que le dolía el estómago. Con un aire burlón, soltó:

—Treinta años en la orilla izquierda, treinta años en la derecha... Al final, el karma siempre regresa.

Ariel lo fulminó con la mirada y le respondió con un tono seco:

—Si te callas, nadie va a pensar que eres mudo.

Apenas terminó de hablar Ariel, Raúl insistió:

—La neta, Ariel, no puedes decir que este divorcio fue injusto. Y tampoco le eches toda la culpa a Joha, mejor échale un ojo a lo que has hecho en estos tres años. Joha es más paciente de lo que crees.

Ariel tomó un cigarro de la mesa, lo encendió y, frunciendo el ceño, dejó salir una bocanada de humo.

—Ya lo expliqué.

Raúl se rio por lo bajo.

—Tres años de indiferencia, ¿y crees que con unas cuantas palabras borras todo? Además, siempre repites que Joha no te quiere, pero dime, ¿tú la quieres a ella? ¿De verdad te gusta Joha?

—Ahora que te llevas tan bien con Maite, ¿de verdad solo es agradecimiento hacia Lorena? Son gemelas, Ariel. Todos aquí somos hombres, no me digas que nunca pensaste en Lorena cuando ves a Maite. Cuando la miras, ¿no te acuerdas de la que ya no está?

Hace unos días, en el aniversario luctuoso de Lorena, Ariel volvió a ser tendencia en redes.

Ante ese bombardeo de preguntas, Ariel se quedó en silencio.

Raúl, al verlo así, se recostó con flojera en la silla, encendió otro cigarro y soltó:

—Nunca debiste casarte con Joha. Ahora que se separan, ella queda marcada como divorciada.

—Y encima está sola, sin papás. A la hora de buscar pareja, eso la va a limitar mucho. No es justo para ella.

—Por más que digan que hombres y mujeres son iguales, todos sabemos que no es cierto.

Ariel tenía una posición privilegiada. Aunque se divorciara diez veces, seguiría siendo codiciado. Siempre habría mujeres haciendo fila para estar con él.

Pero para una mujer, la sociedad no es tan tolerante.

Y menos en familias de renombre, donde todo se mide y se analiza.

Cuando Raúl terminó, Noé miró a Ariel y le preguntó con voz suave:

—¿Ya lo pensaste bien? ¿Apenas pase el periodo de reflexión van a ir por los papeles?

Ariel frunció levemente el ceño, se recostó con desdén y se permitió una risita baja:

—¿Y si no los recojo? ¿Tú crees que Johana lo permitiría?

Noé respondió:

—Si se separan, pues ni modo. Pero si de verdad te pesa, ¿por qué no intentas conquistarla otra vez?

Ariel siguió fumando, sin decir nada más.

Capítulo 279 1

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