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No Me Dejes, Aunque No Te Lo Mereces romance Capítulo 288

Hasta que vio a Johana entrar al edificio y su silueta perderse en el pasillo, Ariel subió al carro y se marchó.

...

Durante los días siguientes, cada quien retomó su rutina.

No se buscaron.

La famosa etapa de enfriamiento ya iba por la mitad.

Coincidieron dos veces en el gobierno, y Ariel se limitó a saludar de lejos, sin interrumpirla.

Adela Escobar, en cambio, sí estuvo en contacto con Johana. Le llevó sopa de pollo un par de veces a su departamento y le mencionó, casi de paso, que esperaba que pudiera asistir al cumpleaños del abuelo.

Johana aceptó. Ya le había prometido a Ariel que iría.

Todavía no les entregaban el acta de divorcio, así que mientras tanto, debía seguir interpretando su papel ante la familia y los conocidos. Una vez tuvieran los papeles, Ariel tendría que anunciar la separación formalmente.

Cuando llegara ese momento, ambos publicarían una despedida digna.

Y así, el asunto quedaría cerrado.

...

Aquella mañana, Johana se alistó para ir al trabajo. Justo cuando estaba por salir, sonó su celular en la bolsa.

Era Carina.

Contestó al instante, tratando de sonar tranquila:

—Carina, ¿por qué llamas tan temprano? ¿El abuelo me anda buscando?

La noche anterior, el abuelo todavía le había llamado para platicar largo rato. Incluso intentó darle algunos consejos.

Pero antes de que Johana pudiera decir algo más, la voz de Carina llegó temblorosa, atropellada:

—Señorita, venga... por favor, tiene que venir al hospital. El abuelo se cayó, ya vamos camino allá.

No le dio oportunidad de responder, porque Carina añadió con voz apagada:

—La situación no pinta bien.

Johana se quedó de pie junto a la puerta, sintiendo un escalofrío que le recorría las piernas. Por un momento, sintió que se le doblaban las rodillas.

Tragó saliva y se obligó a mantener la calma:

—Salgo para allá ahora mismo. ¿A qué hospital lo llevan?

—Centro Médico San Cristóbal —respondió Carina, y enseguida colgó.

Johana salió disparada por la puerta, sin mirar atrás.

En el trayecto, trató de convencerse de que todo saldría bien, de que debía mantener la cabeza fría, pero el corazón le retumbaba en el pecho. Sentía como si fuera a escapársele por la boca.

Esa clase de angustia le resultaba familiar; años atrás había vivido algo parecido.

Capítulo 288 1

Capítulo 288 2

Capítulo 288 3

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