No Me Dejes, Aunque No Te Lo Mereces romance Capítulo 331

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Por sentirse en deuda con su viejo amigo, por no haber estado a la altura con Cristóbal Herrera.

Marisela se encerró en su cuarto, abrazando la almohada sin pronunciar palabra durante todo el día.

Joha se había ido. De ahora en adelante, ya no tendría a Joha a su lado.

Si hubiera sabido cómo terminaría todo esto, después de salir del hospital habría hecho lo imposible por traerla de vuelta a la mansión.

Quizá así Joha se habría salvado de esa tragedia.

Pero, ¿de qué sirve lamentarse después? La vida no da tantas segundas oportunidades.

Mientras tanto, Ariel también permanecía encerrado en su habitación de la mansión, sin salir. Pasó horas perdido en sus recuerdos, pensando en los días en que Johana aún vivía.

Quiso buscar unas fotos de Johana, tener al menos algo a qué aferrarse, pero se dio cuenta de que ni siquiera habían alcanzado a tomarse una foto de boda.

Tres años de matrimonio, y fuera de ese papel que certificaba su unión, no les quedaba nada.

Jamás le dio un regalo verdadero. Ni siquiera celebraron una boda como tal.

Al día siguiente del funeral, el abogado llamó a Ariel.

Con voz pesada, le dijo:

—Señor Ariel, usted es el único heredero de los bienes de la señorita Johana. Hay algunos documentos que requieren de su firma.

Antes de que Ariel pudiera responder, el abogado añadió:

—Aparte de los bienes y acciones que usted le transfirió en vida, la señorita Johana tenía dos propiedades a su nombre: una es la Mansión Herrera y la otra la adquirió hace poco.

—Además, hay un saldo de veintiséis millones de pesos en cuentas bancarias. Todo esto requiere su firma para proceder.

Sentado frente a su escritorio, Ariel se frotó las sienes, agotado.

—Entiendo... Hablemos de eso más tarde, por favor.

—Como diga, señor Ariel. Pero le recuerdo que estos trámites deben resolverse pronto.

Ariel no respondió. Simplemente cortó la llamada.

Dejó el celular sobre la mesa, sin fuerza ni ganas, y se cubrió la frente con la mano.